Un Amor Inesperado - Alastor x Lucifer

XXI

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Una pequeña luz se hizo presente por aquella habitación haciendo entender que ya era de día.

Lucifer ya se había despertado pero aún seguía en aquella cama junto con aquél demonio a lo cual no podía dejar de observar.

— Tengo miedo...

— ¿A qué le tienes miedo? ... —Mencionó aquel demonio.

— Lo dije en voz a-alta... —Dijo Lucifer antes de girar su cuerpo.

— ¿Cariño que sucede?

— No es nada...

— ¿De verdad?

Alastor había pasado sus brazos alrededor de su cintura apegando su cuerpo hacia el suyo.

— Alastor... espera...

— ¿Por qué?

Aquél demonio había comenzado a besar su cuello mientras acariciaba su cuerpo lentamente y con delicadeza.

— Ngh...

— Lucifer mírame...

Lucifer había girado un poco para así mirar fijamente aquél demonio quien solo le sonreía.

— No tengas miedo, déjame amarte, yo seré quien cambiará tus miedos por felicidad y tus tristezas por sonrisas... — Mencionó aquél mientras veía como su amado contenía sus lágrimas. — Lucifer, cariño no llores...

— Lo siento...

— No te disculpes, todo está bien...

Alastor había acercado más el cuerpo de Lucifer al suyo, rodeó el cuerpo de su amado con sus brazos mientras besaba lentamente sus labios, para así pode calmarlo.

— Debo ir a preparar algo de comer, baja cuando estés mejor — Mencionó mientras lo veía.

— Si...

— ... ¿Quieres que me quedé contigo? - Preguntó con un gran sonrisa en su rostro a lo cual aprovecho en acariciar su rostro de su amado.

— Estaré bien, me podrías preparar --

— Tu favorito, claro corazón haría lo que fuera por verte sonreír

Aquél demonio beso una vez más a su amado antes de levantarse de aquella cama y poder alistarse, para luego salir de allí en dirección hacia la cocina.

Mientras que lucifer solo se quedó allí poso su mirada hacia adelante mirando solo un lugar fijo en la habitación.
Por alguna razón sintió un gran dolor en su pecho, como si algo malo estuviera por pasar...

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Lucifer se había levantado de aquella cama, mientras se arreglaba se le podías ver el rostro algo triste...
Camino hacia la salida y por fin se alejó de aquella habitación, mientras caminaba no dejá de pensar cosas, realmente tenía una mala corazonada.