Un amor inesperado se hace presente en el Hazbin Hotel, el demonio de la radio se siente atraído por el gran soberano del infierno. Wooh, impresionante que ese ser tenga algún tipo de sentimientos.
¿Que sucederá?
Pues
...
Un silenció se había hecho presente en la habitación de Lucifer, ambos ni siquiera se miraban ni mucho menos estaban juntos.
Lucifer por su parte aún seguía en aquél lugar de trabajo mientras que su hija, Charlie estaba sentada en aquella cama.
— Papá... — Dijo antes de acercarse.
— Charlie, hija... no estoy en condiciones de seguir hablando del tema. — Mencionó antes de levantarse y caminar hacia aquella cama.
Aquél ángel se había recostado, se había ocultado debajo de aquellas mantas mientras se aferraba al traje de aquél demonio de la radio.
Charlie por su parte solo se quedó viendolo por unos minutos antes de salir de aquella habitación, dejando a su padre sólo.
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Habían pasado 2 horas de que lucifer y su hija habían charlado, y aún no había ningún rastro de aquél demonio de la radio.
Lucifer se encontraba aún en su habitación, mientras escuchaba las canciones que alastor le había propuesto a lo cuál lo hundía más en una gran pena.
— ¿Dónde carajos estás? — Susurró.
— "¿Ha quien esperás?"
Una voz femenina se había hecho presente, una voz a lo cual Lucifer sabía exactamente quien era.
— ¿Que demonios haces aquí Lilith?, no te basto con la estupideces que haz hecho — Mencionó antes de acercarse a ella.
— Te dejó, no es así? — Dijo aquella antes de sonreírle.
— ¿Quién?
— Tu sabes perfectamente de quién habló, yo te lo dije pero como siempre no haces casó.
— Tu no sabes nada, lárgate no tengo ganas de escuchar tu voz.
— Yo lo ví, ví como está mañana se iba. Hablé con el antes de que se fuera. — Mencionó antes de tomar su rostro. — Escuché como de su desagradable boca mencionó que no te amaba y solo era uno más de sus juegos.
— ....
— Te lo dije carino, te lo advertí.
— Mientes.
— Yo Ha,Ha,Ha.
— Siempre me has mentido como esperás que yo confíe en tí, tus falsedades siempre están relacionadas en tí.
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