"Oye, Leah, mira lo que finalmente llego en el correo!" exclamo Zoey, levantando su nuevo Rayo F.E.T.I.C.H.E.
La delgada y estudiosa pelirroja levanto su mirada hacia su curvilínea compañera de cuarto distraídamente, antes de que sus ojos presenciaran el impacto de lo que estaba sosteniendo en sus manos. "Espera, es esa pistola de fetiches de la que hablaban en las noticias?"
"Lo es!" respondió Zoey emocionadamente. "Ordene una tan pronto como escuche de ella para que pudiéramos experimentar con ella!"
"No lo sé Zoey," respondió Leah. La veinteañera había pensado que se había acostumbrado a las locas escapadas sexuales de su mayor y más aventurera amiga lesbiana después de vivir juntar por tanto tiempo, pero sintió que esto era ir demasiado lejos. "Qué pasaría si nos convierte en putas??"
"No nos convertirá en putas! Solo te hace sentir un poco más cómoda con lo que sea que quieras. Es como hipnosis: No puede hacer nada que no quieras. Ahora apresúrate y dispárame, y no me digas como la vas a configurar!"
"Ok, supongo..." dijo Leah dudosamente. Ella escudriño la pequeña perilla rodeada por imágenes que vagamente representaban una amplia variedad de actos sexuales, visiblemente reconociendo unos cuantos, hasta que encontró una configuración que se veía como unos pechos expuestos. Leah había visto las bubis desnudas de Zoey tan seguido que verlos un poco mas no sería un cambio abrupto. Ella giro la perilla, apunto la pistola a su compañera de cuarto, y la activo.
Zoey se quedó callada mientras su cuerpo era engullido en un irresistible brillo dorado, y su ligera tendencia a revelar partes de su cuerpo curvilíneo hacia amigas de confianza y amantes se volvió una bienvenida compulsión a exponerse completamente a cualquiera que se lo pida.
El brillo desapareció después de unos segundos, pero Zoey aún se quedó de pie esperando. "Bueno, vas a dispararme?"
"Yo, uh, creo que ya lo hice. Te quedaste quieta brillando por un segundo, como si estuvieras en trance. Zoey, creo que esto podría ser peligroso," continuo Leah, pero Zoey solo estaba interesada en los efectos del rayo.
"Oh, wow, ni siquiera lo note. Es TAN GENIAL!" grito Zoey, preguntante que tendencia le había dado Leah, y se preguntaba qué tan difícil seria resistirse. "Bueno pídeme que haga lo que sea!"
"Ok, um, enséñame tus pechos!" ordeno Leah de mala gana, sonrojándose furiosamente con vergüenza diciéndole a su lesbiana compañera de cuarto que haga tal cosa.
"Pensé que nunca lo pedirías!" respondió Zoey felizmente, levantándose su blusa y sacudiendo su gran pecho en frente de su amiga hetero.
Desde la forma en que Zoey estaba sacudiendo entusiásticamente sus tetas, Leah tenía sospecha de que los efectos del rayo eran un poco más fuertes que la "ligera inclinación" que Zoey había insinuado.
"Ok, así que, que hiciste con el rayo?" pregunto Zoey mientras pellizcaba sus duros pezones para su amiga. "Quiero que me órdenes para ver si puedo resistirlo!"
"Aunque ya lo estás haciendo!" protesto Leah. "Te dispare para que muestres tus pechos, y ahora lo estás haciendo!"
"Pero eso es perfectamente normal! Cualquier chica mostraría sus tetas si se lo pidieran!"
"Y no!" protesto Leah.
"Bueno eso es porque eres rara," respondió Zoey. "Yo definitivamente lo haría!"
Leah considero eso. De las dos, Zoey estaba definitivamente más acostumbrada a mostrarse si se lo pedían, aunque no estaba segura si Zoey siempre había sido tan extrañamente ansiosa de hacerlo. En retrospectiva, quizás darle a Zoey una ligera inclinación para mostrar sus pechos no había sido una gran decisión para la primera prueba.
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Los Cuentos del Rayo F.E.T.I.C.H.E.
Bilim KurguUna serie de historias sobre una pistola de rayos que puede modificar el comportamiento de las personas sin que se den cuenta.