Miedo al exterior

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Esta historia se situa en un día donde todo parecía ir como la seda. El irradiante sol iluminaba con un brillo intenso todo el pueblo de Hurricane, generando así un clima ideal y perfecto para que las personas salieran de sus casas y disfrutaran del buen tiempo... No obstante, había un ciudadano en completo que no tenía pensado salir de casa ese día

"¡Eh! ¡Evan! ¡Colega, sal de casa! ¡Ven a jugar un rato!"

Exclamó el niño rubio con todas sus fuerzas, intentando llamar la atención de su buen amigo Evan para que así esté saliera de casa y jugara un rato con ellos. Pero extrañamente, la única respuesta que recibía con sus gritos era el más absoluto silencio

"¿Pero qué le pasa a este niño ahora? ¿Es que está de bajón?"

Preguntó el chico en voz alta, confundido por el hecho de que el mencionado no parecía estar dando señales de vida

"A lo mejor está resfriado, deberíamos entrar para ver qué le pasa"

Comentó su amiga asiática llegando a la conclusión de que, gritando como locos en ese lugar, no conseguirían absolutamente nada. Dicho y hecho, ambos infantes entraron en la casa de su amigo castaño, no sin antes tocar la puerta para comprobar si realmente tenían permiso. No recibieron respuesta, así que asumieron automáticamente que podían hacerlo (lógica). Al entrar, se encontraron con la espeluznante imagen de una casa cuya oscuridad era tal, que a duras penas se podía ver qué era lo que había ahí. Cuidadosamente, se movilizaron por la vivienda hasta llegar a la habitación de su amigo, y por el camino, no dejaban de cuestionarse qué era lo que estaba pasando

"La casa se siente vacía y lúgubre, ¿En dónde demonios estará Evan? ¿Acaso estará haciendo alguna otra cosa en algún otro sitio?"

Preguntó la fémina en un intento por darle una posible respuesta a esa situación tan sumamente peculiar

"Imposible, Evan siempre nos avisa con antelación cuando algo así le pasa. Por ejemplo, la vez en la que William y Michael fueron a la escuela para atender unos asuntos, él nos avisó que no podría salir de casa por tener que cuidar a Elizabeth. En esta ocasión no nos ha comentado nada"

Respondió el pelirrubio negando la teoría de su amiga y desechándola de inmediato. Finalmente, ambos llegaron a la puerta que daba con la habitación del hijo mediano del señor Afton, lentamente abrieron la puerta hasta que... Bueno, se lo encontraron ahí

"Hola, amigos"

Saludó el castaño con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. Estaba sentado en medio de la habitación, con las piernas dobladas y rodeadas por sus dos brazos, en su cara solo había una inquebrantable expresión de felicidad extrema, sonriendo de oreja a oreja y manteniendo los ojos bien abiertos mirando directamente a la absoluta nada. Alrededor suyo estaban sus peluches de Freddy, Bonnie, Chica, Foxy y, por supuesto, Freddbear

"Evan... ¿Qué demonios haces aquí? Ven, vamos, hace un día estupendo, no puedes quedarte aquí, ven a jugar con nosotros"

Dijo la chica incentivando a su buen amigo a salir a la calle y disfrutar del buen tiempo mientras podía

"Lo siento muchísimo, Cassidy, pero creo que lo que me estás pidiendo es algo completamente imposible. A partir de ahora he decidido que voy a quedarme a vivir aquí por siempre y para siempre. Jamás saldré al exterior"

Respondió Evan permaneciendo en su lugar de confort sin moverse en lo más mínimo. Dicha respuesta, como es obvio, confundió aún más a los dos chiquillos

"¿Pero qué cosas estás diciendo? Venga, Evan, vámonos, es hora de jugar"

Dijo Andrew comenzando a creer que su amigo había perdido por completo la cabeza y se había vuelto definitivamente loco. Qué en cierta forma, tenía la razón

El multiverso de FNAF 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora