Jugar a las tacitas

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"Y dígame, señorita Emily, ¿Cómo le va la vida?"

Preguntó la pequeña pelirrubia mientras agarraba su tacita de plástico vacía y le daba un par de sorbos fingidos, simulando que estaba tomando algo de té

"Oh, pues me va muy pero que muy bien, mi queridísima amiga. Gracias por preguntar"

Respondió la joven Emily con una sonrisa gentil y un tono de voz tan amable como dulce

"¿Y usted, señor Schmidt? ¿No le gustaría probar algún dulce para acompañar su té?"

Preguntó la pelirrubia dirigiéndole la mirada a su amigo castaño para ofrecerle un par de dulces falsos plasticosos

"Lo siento, Elizabeth, pero mi hermana me dijo que no puedo comer tanto azúcar, tendré que rechazarlos"

Respondió el chiquillo negándose a "comer" los dulces falsos de plástico que su amiga le estaba ofreciendo...

Los tres chiquillos estos estaban pasando un buen rato en el parque, teniendo un picnic de mentira, con tacitas, teteras y dulcecitos de plástico, imitando el comportamiento que tenían las mujeres en aquellas series con actores reales que veían por la tele. Era algo normal para la época ver a dos niñas jugando a las tacitas de té, pero... Ver a un niño... No era algo tan aceptado que digamos

"¡Hey! ¡Miren! ¡A Gerald le encanta tomar té con sus amigas! ¡Es como una niña!"

Exclamó un mocoso que justamente daba la casualidad de que pasaba por ahí, y no tenía nada mejor que hacer que molestar al pequeño Schmidt, burlándose de la forma en la que jugaba a juegos de niña con sus amigas

"¡Sí! ¡Es una princesita! ¡Es Gerald la princesita!"

Correspondió otro niños más uniéndose con el matón descerebrado para continuar con sus burlas hacia Gerald

"¡Oye dejadlo en paz!"

Exclamó Elizabeth levantándose del suelo y poniéndose entre los abusones y su amigo para defenderlo

"¡Eso! ¿¡Que pasa si a él le gusta jugar con nosotras a las tazas de té!? ¡Eso no tiene nada de malo! ¡No os afecta en nada!"

Dijo también Charlotte poniéndose de lado de la Afton para defender al pequeño e inocente Gerald de aquellos chicos malos

"¡Gerald la princesita! ¡Gerald la princesita!"

Repitieron ellos una y otra vez con la única intención de burlarse del chico y molestarlo todavía más. No les importaba qué cosas dijeran sus dos amigas, los mocosos continuaban con sus burlas y humillaciones, provocando que, al final, el pequeño no pudiera más y terminara yéndose de ahí casi llorando...

No quería que lo considerasen una niñita o una princesita, él era un niño, y quería que lo trataran como tal... Y si para ello tenía que cambiar su personalidad y dejar de lado todo lo que le gustase... Pues lo haría

...

"Gerald, han venido Elizabeth y Charlotte, dicen que quieren jugar contigo"

Anunció su hermana mayor entrando a su habitación para hacerle saber susodicha información. Gerald estaba tumbado en la cama, acostado bocabajo y con la cara hundida en la almohada. Parecía un costal de papas

"Diles que no quiero jugar"

Respondió el chico con un tono de voz desanimado y seco, negándose a jugar con aquellas dos niñas a pesar de lo mucho que lo disfrutaba hace un par de días

"Oh, ¿Y eso por qué? Es importante salir y divertirse, Gerald. Y más si es para jugar con tus dos mejores amigas, ¿Por qué no quieres ir con ellas?"

El multiverso de FNAF 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora