୨୧【capítulo 19.2】୨୧

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—Devuélveme mi teléfono —las risas en aquel baño resonaron contra las paredes mientras Sunoo intentaba conseguir su teléfono de regreso. 
 
—Espera, tengo que enviarme todas estas fotos primero —Sunghoon tenía los brazos estirados mientras curioseaba en la galería del rubio, impidiendo que Sunoo alcanzara el teléfono.
 
Sunoo resopló, arrepintiéndose de haberse tomado tantas fotos en el espejo del baño de aquella lujosa y ostentosa habitación de hotel en la que habían terminado luego de la cena. 
 
—No hagas eso —Sunoo le dio un pellizco en el costado a Sunghoon, provocando que este se quejara mientras negaba.
 
—Pero luces tan lindo —se defendió, abrazando a Sunoo por la espalda, impidiendo que el rubio se moviera y siguiera protestando.
 
Sunoo suspiró, viendo el reflejo de ambos en el espejo del baño mientras sentía el firme torso de Sunghoon presionándose contra su espalda. Había veces en las que Sunghoon podía pasar de ser un alfa orgulloso y obstinado a ser un alfa bastante juguetón y cariñoso, y para ser sinceros, aquello era algo que tenía totalmente encantado a Sunoo.
 
—Mira esta —Sunghoon estiró un poco su mano, colocando la pantalla frente al rostro de Sunoo sin dejar de abrazarlo—. Te ves lindo en la cama, pero voy a mantener esa foto para mí... No quiero que te vean —comentó, presionando sus labios detrás de la oreja de Sunoo.
 
El rubio se estremeció ligeramente, sintiendo sus mejillas calentarse casi de inmediato. 
 
—¿Debería hacer que borres todas tus fotos en redes entonces? —preguntó Sunoo, mirando a Sunghoon a través del espejo con fingida molestia.
 
Sunghoon soltó una risa, mostrando sus colmillos mientras su abrazo se suavizaba y hundía su rostro en la curvatura del cuello de Sunoo, acariciando la piel de este con la punta de su nariz.
 
—Si me lo pides, lo haré —contestó el pelinegro luego de un rato, dejando el teléfono de Sunoo a un costado para concentrarse en disfrutar de abrazar al omega.
 
Sunoo observó su teléfono, pero no lo tomó; se quedó quieto, mirando el reflejo de ambos con cierta diversión al ver a Sunghoon tan meloso.
 
—No necesito que elimines tus fotos, descuida —soltó Sunoo, riendo ligeramente cuando los labios y la respiración de Sunghoon le hicieron cosquillas en el cuello—. Deja de hacer eso...
 
—No te he tenido así de cerca desde que estuvimos en Jeju, no me alejes —pidió con cierto tono suplicante en su voz mientras se embriagaba lentamente con el aroma de Sunoo. No entendía porqué, pero su cuerpo se sentía cada vez más necesitado de tener a Sunoo entre sus brazos. Se sentía completamente seducido por el olor del omega.
 
Sunoo cerró los ojos ante el tono de voz de Sunghoon; odiaba y amaba el efecto que Sunghoon causaba en su cuerpo tan repentinamente.
 
—Empiezo a creer que elegiste el restaurante de este hotel para tu conveniencia —murmuró Sunoo, mientras su cuerpo cedía inconscientemente ante Sunghoon. 
 
La risa de Sunghoon golpeó el cuello de Sunoo.
 
—Claro que fue para mi conveniencia —admitió el más alto, deslizando sus manos por la estrecha cintura de Sunoo hasta llegar a sus caderas, donde presionó suavemente, apegando aún más el cuerpo de Sunoo al suyo—. Necesitarte tanto me está matando, Sunoo.
 
Sunoo ahogó un jadeo de sorpresa ante la repentina confesión, sintiendo cómo su cuerpo parecía estar a punto de derretirse en ese momento.
 
—No digas cosas como esas... —pidió el rubio, suspirando pesadamente mientras el aroma de Sunghoon invadía su sensible olfato. Podía sentir claramente cómo aquel alfa lo estaba marcando con su aroma de una forma bastante territorial— Sunghoon...
 
—Me gustas, Sun... No puedo evitar sentirme de este modo —susurró con un tono tan profundo mientras apretaba el cuerpo de Sunoo contra el suyo, deslizando sus labios hasta el oído del rubio—. No puedo dejar de pensar en ti... Te quiero junto a mí.
 
Sunoo abrió sus ojos lentamente, notando cómo su mirada se tornaba borrosa mientras las suaves ondas de calor se extendían por todo su sensible cuerpo.
 
—Déjame quedarme a tu lado —pidió Sunghoon, frunciendo ligeramente el ceño ante la intensidad con la que sentía el aroma del omega. Sostuvo a Sunoo posesivamente, sintiéndose tan dominado por aquel rubio.
 
—Sunghoon... 
 
—Seré un buen hombre para ti —aseguró con voz aterciopelada, casi acariciando el oído de Sunoo con el tono con el que le hablaba—. Te obedeceré, haré todo lo que me pidas —Sunghoon sintió sus rodillas cosquillear, como si quisiera ceder y arrodillarse ante aquel dulce omega. — Voy a darte todo lo que desees, pero déjame ser tuyo... Sólo quiero pertenecerte.
 
Sunoo sintió cómo su corazón se aceleraba intensamente, arrebatándole un suspiro de los labios, sin poder asimilar todo lo que estaba sintiendo y escuchando.
 
—¿Cómo puedes decirme todas esas cosas...?
 
Las palabras de Sunoo fueron interrumpidas cuando Sunghoon presionó sus caderas y lo giró.

Sunoo jadeó, apoyando sus manos en el pecho de Sunghoon.

—Por favor... —el alfa apretó suavemente la cintura del rubio.
 
Sunoo miró a Sunghoon a los ojos, viendo las expresiones de este mientras lo escuchaba pronunciar esas palabras. Sunghoon era guapo como el infierno, pero en ese estado se veía aún más atractivo.
 
—Sunghoon, yo... —Sunoo titubeó cuando Sunghoon juntó sus frentes y pudo sentir el cálido aliento de aquel hombre mezclarse con el suyo.
 
—Sólo aceptame, Sunoo —pidió con una mirada suplicante, sintiendo cómo empezaba a respirar con dificultad poco a poco. 
 
Sunoo sentía que su voz se había perdido en lo más profundo de su ser, dejándolo sin palabras mientras observaba a Sunghoon. 
 
Sunghoon tomó una de las manos de Sunoo, guiándola a su propia mejilla para sentir el tacto del rubio.
 
—Aceptame...
 
Sunoo acarició la mejilla de Sunghoon, notando cómo el alfa empujaba el rostro contra su mano, tan necesitado de su tacto. No podía controlar los bombeos de su corazón y lo mucho que los labios del pelinegro lo tentaban. Sunghoon sabía cómo tocar cada nervio a la perfección y eso enloquecía por completo a Sunoo.
 
—¿Los Park siempre han sido tan insistentes? —preguntó Sunoo en un susurro mientras rozaba los labios de Sunghoon con las yemas de sus dedos.
 
Sunghoon entreabrió sus labios, mirando fijamente a Sunoo con devoción y anhelo.
 
—Sólo cuando nos interesa conseguir algo...o a alguien en este caso —respondió con suavidad.
 
Sunoo no pudo evitar contener la pequeña sonrisa que se asomó en sus labios mientras su mano libre se hundía en el cabello del alfa, manteniendo sus frentes juntas y sus respiraciones sincronizadas.
 
—Me tienes desde hace tiempo, Sunghoon... No hace falta insistir más —dijo finalmente y no pudo pronunciar otra palabra más porque Sunghoon apartó los dedos de Sunoo de sus labios y dio un paso más cerca del rubio, inclinándose un poco para unir sus labios con los de este en un necesitado y desesperado beso.
 
Sunoo gimió contra la boca ajena, abrazándose al cuello del alfa mientras se besaban. El rubio pudo sentir cómo las manos de Sunghoon lo sostenían tan bien, apretando la carne de sus caderas, empujándolo y presionándolo contra su cuerpo mientras ambos parecían devorarse mutuamente. Tal vez era porque se trataba de Sunghoon, pero Sunoo podía asegurar que nunca nadie lo había besado tan bien como él; las manos de ese hombre eran mágicas y su boca aún más, podía sentir todo su deseo y amor mientras se saboreaban mutuamente, enredándose y mordisqueándose con desesperación, como si en cualquier momento fueran a desvanecerse en los brazos del otro.
 
—Sunghoon... —Sunoo jadeó contra la boca ajena cuando dejó de poder respirar correctamente, algo mareado y embriagado.
 
—Shh... Está bien —Sunghoon sonrió contra los labios de Sunoo y en cuanto notó que el omega volvía a estabilizarse, se apoderó de los labios de este nuevamente. 
 
En cuanto Sunoo sintió cómo Sunghoon devoraba sus labios nuevamente, supo de inmediato que no tenía escapatoria. Y es que en realidad no tenía la intención de escapar de todos modos, pero sabía muy bien que había terminado en la boca del lobo y que sólo le quedaba esperar no perder la cabeza en medio de todo ese placentero lío. Porque sí, Sunghoon realmente era experto en cortar todos los cables y hacerlo delirar; Sunghoon lo hacía sentir tan jodidamente bien, lo hacía sentir tan amado y deseado, él le provocaba ese sentimiento de pertenencia tan reconfortante que lo hacía sonreír y suspirar genuinamente. Sunoo disfrutaba de Sunghoon, disfrutaba sintiéndose al límite cada vez que se besaban con tanta desesperación, como si los labios del otro les fuesen a brindar esa última pizca de oxígeno que necesitaban para seguir con vida; era una sensación hermosa y embriagadora, una sensación que erizaba la piel de ambos, que los empujaba a unirse y a amarse tan devotamente, a adorarse y necesitarse con tanta intensidad. Sunoo había terminado cayendo por Sunghoon, amando su actitud desde el inicio hasta el final, sin peros, sin obstáculos, aceptaba todo lo que el alfa le daba, lo aceptaba y lo atesoraba en su corazón tanto como Sunghoon atesoraba todo lo que Sunoo le daba, todo lo que Sunoo era; ambos habían caído tan bien por el otro, y claramente ninguno planeaba dar marcha atrás, ni ahora, ni nunca. 

"Miel y Limón en primavera" [AU Sunsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora