El día de Ni-ki en la escuela había sido uno de los más tranquilos que había tenido estando en un centro de estudios. Sí, puede que unos pequeños accidentes hayan ocurrido en el día, cómo pegarle goma de mascar en el cabello a una niña y pelearse con una tal Hanni por no dejarle ser el jefe cuando todos estaban jugando, pero luego de eso no había sucedido nada más, así que Ni-ki estaba orgulloso de haberse portado moderadamente bien.
Por otra parte, Sunoo había tenido que estar cerca de Ni-ki para que no hiciera más travesuras. El pequeño Park era realmente un caso difícil de controlar, pero con un tono dulce podía intentar apaciguar su temperamento explosivo, aunque sea un poco.
Era hora de salida, por lo tanto, todos los niños esperaban a sus padres. Ni-ki estaba jugando en los columpios hasta que vio a su padre llegar y empezar a conversar con su maestro. El cachorro frunció el ceño y arrugó su pequeña nariz al ver la sonrisa de su progenitor, Ni-ki conocía muy bien esa sonrisa; era la que ponía el alfa con algunas mujeres para luego empezar a decirles cosas extrañas que las hacían sonrojar. Ni-ki no entendía muy bien esa actitud de su padre, pero sabía que tenía algo que ver con las novelas de la tía Chae donde los actores se decían cosas románticas que le causaban escalofríos y náuseas al pequeño Park.
Ni-ki se paró de inmediato, dispuesto a detener cualquier intento de robo de su padre. No iba a permitir que se llevara a su lindo maestro.
—Vámonos a casa, ya estoy listo —soltó el niño apenas llegó al lado de su padre, interrumpiendo la conversación que estaban teniendo los dos adultos. El niño tomó la mano de su padre y lo jaló, intentando marcharse junto con este—. Adiós, profesor Kim, hasta mañana. Vendré más temprano maña...
—¿Qué haces Ni-ki? —Sunghoon vio con extrañeza el intento de su hijo de moverlo de su lugar. El hombre era realmente demasiado alto y pesado cómo para que un pequeño niño de ocho años lo moviera tan solo un centímetro, pero Ni-ki parecía bastante convencido de que lo iba a lograr.
Sunoo observaba aquella escena con gracia, no entendía porque Ni-ki intentaba ir a casa con tanto esmero.
—Hoy no iras a casa, Ni-ki —explicó Sunghoon y Ni-ki se detuvo de golpe.
—¿No?
Sunghoon negó y señaló al profesor Kim con la cabeza.
—Irás a la casa del profesor Kim —le dijo y Ni-ki miró a su maestro para comprobar si su padre decía la verdad o estaba mintiendo.
—Hoy te cuidaré, ¿estás bien con eso, Ni-ki? —preguntó Sunoo, sonriendo levemente.
Ni-ki lo pensó un poco y soltó la mano de su padre para luego tomar la de su profesor.
—Ya puedes irte, me iré con el señor Miel —dijo Ni-ki, apresurándose a despedirse de su padre.
Sunghoon abrió la boca, indignado.
—¿Así de fácil aceptaras? —preguntó el alfa, frunciendo el ceño— Pensé que querías ir a casa conmigo.
—No, sólo no quiero ver que le sonrías al señor Miel —dijo Ni-ki y se paró delante de su maestro, estirando sus brazos para impedir el paso de cualquiera que intentara acercarse.
Sunghoon tartamudeó un poco sin comprender y Sunoo miró con confusión al niño.
—¿Qué...? ¿De qué estás hablando, Ni-ki? —preguntó Sunghoon.
—Pusiste esa sonrisa fea con el señor Miel, no lo hagas otra vez ¡Lo pohibo! —exclamó el niño.
—Es "prohíbo" Ni-ki, no "pohibo" —corrigió Sunoo sutilmente.
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"Miel y Limón en primavera" [AU Sunsun]
FanficSunoo, un lindo omega, es el dulce y atractivo maestro rubio de una escuela primaria para niños adinerados. Sunghoon, un piloto popular, proveniente de una familia millonaria, comete un pequeño accidente en el pasado que lo convierte en padre solter...