SLOWBURN:: -Un día más, y todo esto terminará. -Expresó con serenidad, siendo aprensivo a la situación en la que estábamos.
Pero negué con la cabeza, volteando a mirarle otra vez.
-¿Sabes que me gustas tanto?
Este le tomo un momento reaccionar, lev...
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—Siento que hay un contexto al que estoy siendo terriblemente omisa —Apuntó hacia mí, siendo el contexto, con gran duda.
Reí por compromiso, «porqué era lo único que podía hacer», y me recargué sobre la puerta. —Sí, bueno, yo... ¿Por lo menos soy una grata sorpresa? —Expliqué sin pensarlo dos veces para responder lo que sea, rascándome la nuca.
Abrió la boca para contestar, pero no emitió ningún sonido por la sorpresa, —¿Estás diciendo que no soy una grata sorpresa? —Exclamó. Mis ojos hicieron lo mismo que había hecho su boca, y negué la cabeza con urgencia.
—¡No!, perdón, no me refería a eso, ¿sabes?, quiero decir que si pensabas que de todas las sorpresas que podrías tener este día, ah... ¿soy una de las mejores...? —Lamentable, era un adjetivo bastante lindo para describir la manera en la que intenté excusarme, hasta que gracias al cielo su risa me interrumpió.
—Sí, Max —Me observó con cuidado, como asegurandose de que fuera real y no una ilusión suya, —Eres una grata sorpresa. —Se cruzó de brazos, recargando su mejilla en la palma de su mano derecha. La patética y graciosa expresión que me dedicaba me hicieron enrojecer levemente de vergüenza. Suspiré.
—Creo que sería más fácil explicarte por qué estoy aquí, ¿no? —Me rendí al fin, bajando los hombros. Esta solo asintió con una sonrisa. —Si no es muy complicado —Exageró.
Exhalé y solo eché un fugaz vistazo hacía atras, asegurandome que Brad no estuviese cerca por ningún motivo. —Nos ha tocado trabajar en un proyecto de clase juntos, —Expliqué, formando una irónica mueca.
No fue de sorpresa que haya levantado ambas cejas.
—¿Tú y Bradley Cremanata III? —Preguntó pasmada, —Cielos, la mala suerte de Brad no tiene límites —Añadió, sin embargo, se corrigió de inmediato, —Quiero decir, no porque seas una "mala suerte" como tal, sino que porque, vaya, tú lo entenderás...
—Créeme que lo entiendo —Le ayudé a terminar, comprensivo a su similar manera de hablar sin pensar como lo era la mía. —Pero hemos estado avanzando bien —quise agregar para no dejar en tan mala luz nuestra "relación".
La sorpresa de ella rebasaba con rapidez la mía. Esta pareció querer comentar algo más, sin embargo, se lo pensó dos veces.
—Bueno, y... —Buscaba las palabras, vacilando. —hablando del rey de roma, —Suavizó su mirada, concentrandose así en su propósito original de estar ahí, —¿Está Brad dentro? —, fue cuando se asomó ligeramente por encima de mi hombro.
—Estoy yo fuera —Respondí casi al instante, restregando mi espalda hacia la puerta con premura.
Mi acción no fue la más sutil, y rodó los ojos con cierta ventura, —De todas las razones por las que pude haber venido al dormitorio de Bradley, en ninguna tenía planeado que me iría a encontrar contigo... y eso a pesar de ser una "grata sorpresa". —Hizo justa burla de mi primer intento de excusarme.
