Un año, ¿Otra vida?

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¿Cómo habíamos llegado aquí?, todo era tan confuso y yo solo me estaba sumergiendo en una pesadilla de la que temía nunca despertar, podía sentir el nudo en mi garganta ahogándome al igual que mis lagrimas, su mirada me pesaba más de lo que nunca lo había hecho jamás, pero, ¿Cómo llegamos a esto?, yo te explico.

Alex y yo finalmente nos habíamos enamorado profundamente, era feliz, Alex era mi todo, lo que siempre había esperado, nunca había amado tanto a alguien, ¿Esto es enamorarse?, mi estabilidad emocional mejoro mucho mientras salíamos, era el amor de mi vida... y teniamos nuestros problemas pero siempre los solucionamos, creo que nunca hable del porque yo estaba en Colombia y la respuesta es breve, yo soy chileno y amo mi país pero por algunos problemas termine estudiando en Colombia gracias a una beca que conseguí pero era temporal ya que al cumplir los 17 volvería a Chile a la fuerza aérea pero nunca creí que me enamoraría de el.

Faltaban solo 7 meses para cumplir un año de noviazgo con Alex pero solo 5 para irme devuelta a Chile a cumplir mis metas asique aprovecharía al máximo mi tiempo con Alex, salíamos a fiestas, parques de atracciones y muchas cosas más, siempre hacíamos algo divertido, y los viernes por la noche veiamos películas acurrucados en la cama con bocadillos ya que era el único día en el que ambos teníamos libre. Pasaron los días y pronto me iba a graduar, estaba nervioso y asustado por la nueva etapa en mi vida que sabía que sería difícil pero Alex estaba allí por lo que me sentía más valiente que nunca.

Un día que Alex me fue a buscar al trabajo y paramos en una tienda de bebés, cabe recalcar que Alex y yo odiábamos a los niños pero por alguna razón entramos a la tienda y nos pusimos a ver ropita de bebés, carritos, biberones, etc. .. Finalmente terminamos comprando un peluche de gato negro que yo escogí, esta vez lo pague yo y se lo regale a Alex.

- ¨Ten¨-Dije extendiendo el peluche-

- ¨¿Para que quiero yo ese peluche si tu lo compraste?¨ -Pregunto confundido-

- ¨Se que quizás nunca tengamos un hijo pero... Quiero que lo guardes hasta que tengamos uno¨ -Dije con una sonrisa en mi rostro-

Alex tomó el peluche con una sonrisa burlona y luego me revolvió el cabello, lo mire molesto para luego tomarlo de la mano y continuamos caminando, pero ese sentimiento de pensar en tener un bebé ya no me me molestaba tanto como antes, si se trataba de Alex quizás la idea no era tan molesta... ¿No?, quizás solo era una idea mía y ya...

Luego pasé a un centro comercial de lo que en mi país definirían como cuico, Alex amaba ir a ese tipo de lugares de ricos aunque a mi no me interesaba en lo absoluto la ropa cara y esas cosas, yo solo estaba pensando en el patio de comidas hasta que Alex entró a una tienda de la nada, mire la tienda y me quede paralizado al ver que era una tienda donde vendían trajes de matrimonio, seguí nervioso a Alex y el comenzó a probarse trajes y yo solo miraba con ilusión lo hermoso que se veía en ellos, lo bien que quedaban con ese rostro y ese cabello, y sobre todo esa sonrisa...

- ¨¿Mushu?¨-Me llamo-

- ¨¿Ah?...dime...¨ -Respondió avergonzado-

- ¨Pareciera que estuvieras babeando, JAJAJA¨-Se burlo-

Me puse rojo al escuchar eso y después solo fruncí el ceño como si lo estuviera regañando, el enseguida se quedó en silencio pero me siguió mirando de esa forma burlesca, derrepente su cara se ilumino y se acerco rápidamente a un trabajador de la tienda.

- ¨Señor, mi prometido quiere probarse algunos trajes de boda blancos, ayúdelo por favor. -Dijo confiado-

Lo mire con sorpresa y trate de negarme pero fue imposible, comenzaron a probarme trajes caros y molestos, ninguno convencía a Alex hasta que me colocaron uno blanco precioso de tela delgada con mantos traslucidos, los ojos de Alex brillaron y eso me hizo sonreír también. Finalmente salimos de allí hablando, riendo y tomados de la mano, luego fuimos al patio de comida y comimos allí.

No logramos seguir con estoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora