Blanco y Azul

234 33 8
                                    

La justicia era por lo que ella siempre luchaba.

La justicia siempre era lo que definía el día a día de Furina en su estancia a Fontaine, lo que siempre la hacía levantarse de la cama y comenzar sus actividades. Después de todo, ella era la arconte de la nación de la justicia, un rol demasiado importante que algunas veces se sentía mas grande que su propio cuerpo.

Pero aún así, Furina entendía lo primordial, todo desastre debe llevarse ante la justicia.

Eso fue hasta este momento.

Porque hasta este momento, ella creía que la justicia debía ser dura, primordial.

Que tan horrible debiste ser para ser olvidado por todos? Perderte en lo más profundo de las ramas del universo para que nadie sufriera por tus errores.

- Un... Un Fatui...? -

Sycamore no quería verla, no podía permitirse hacerlo. Siempre pensó que cualquiera que lo recordaría, lo vería de frente, lo vería de frente para dejarle entender que a pesar de todo, a pesar de sus errores, el lo aceptaba, el aceptaba el odio, lo abrazaba, porque sabía que eso merecía.

Y todo acabó en ese momento, porque no quería ver a Furina por miedo, no podía permitirse verla decepcionada de él, porque tenía de decepcionarla? Acaso verdaderamente se volvió débil por tenerle cariño?

Sycamore simplemente asintió mientras veía al suelo. - Todo lo que hice... lo que cometí... - Levemente se removió, posando sus manos sobre su rodilla mientras ocultaba sus ojos por su sombrero. - Creí que si me borraba de la vida del Irminsul... todos a los que lastime... Bueno... dejarían de ser lastimados... -

Furina levemente lo vio, mientras sentía sus cejas levemente torcerse hacia abajo con leve preocupación por el chico; su estómago estaba revuelto y estaba segura que podría vomitar en cualquier momento, pero aguantando todas sus ganas, simplemente presionó sus labios con fuerza.

- Por qué...? - Susurró Furina levemente, Sycamore simplemente abrazó sus piernas, esperando que terminara su pregunta. - Por qué te uniste a ellos...? -

Sycamore levemente levantó su rostro para poder ver al menos un poco de su miedo. No podía evitar el sentir su pecho estrujarse al ver su destrozada mirada que ocultaba con una capa de seriedad.

Sycamore simplemente sumió sus hombros. - Ya no tenía un hogar... - El chico levemente miró su mano. - Quería... morir... pero me di cuenta que... mientras yo tenga este maldito cuerpo de títere, eso será imposible... - El chico cerró su mano, dejando que su puño soltara un leve sonido de resquebrajada. - Ya no quería más traiciones... -

- Traiciones...? - Levemente Furina se acercó a él, mientras posaba sus manos por frente de las rodillas del chico.

El chico simplemente asintió, antes de voltear hacia su lado. - La Raiden... - Furina abrió sus ojos de par en par. - Me creo y me dejo aquí varado por 500 años... quizás más, o quizás menos, no se, perdí la cuenta... - Furina levemente miró el gran salón en donde se encontraban, viendo las ordamentarias y los enormes árboles cubriéndolo. - Luego Tatarasuna... un tiempo estuvo bien, y luego se fue al carajo... - Sycamore levemente apretó sus pupilas, esto estaba siendo complicado. - Luego... -

Furina lo vio de frente, viendo su dificultad, y su miedo, y podía entenderlo; no podía saber el porqué, pero inclusive con todo, inclusive con su revelación, seguía viendo al mismo Sycamore que decidió dejar todo por ella.

~ Wanderers Of The Water And The Wind ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora