La Profecia del Fin de los Tiempos

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- En verdad lo hicieron, huh...? -

El brillo de la pieza de ajedrez en sus manos levemente se alzó con la lluvia cayendo fuertemente en la región de Fontaine; la lluvia era muy diferente a las anteriores, esta se veía más fuerte, y más duradera.

Venti levemente sonrió mientras sostenía la Gnosis Anemo en sus manos; jamás creyó que la volvería a tener, al menos no en estos años por venir, pero era verdad, los fugitivos la recuperaron.

- Es impresionante, no creen...? - Susurró Venti mientras sonreía ante la vista de la Gnosis. - Reunidos después de tanto tiempo... y las Gnosis de vuelta con nosotros... -

Zhongli levemente miró entre sus manos a la Gnosis Geo que brillaba con las gotas de lluvia cayendo; su mirada se tornó fría, antes de soltar un pequeño murmullo apretando la pieza.

- Te sientes confundido, no? - Venti levemente palmeó la espalda de Zhongli con su mano; el hombre abrió sus ojos, viéndolo.

- No entiendo la pregunta... - Zhongli respondió.

- No sabes si los fugitivos hicieron lo correcto, o si deben ser juzgados... - Venti susurró; el bardo de coletas sonrió con algo de melancolía, viendo su propia Gnosis. - Da miedo pensar si hicimos lo correcto-

- Hicimos lo correcto... - La voz de la Raiden Shogun se hizo presente; Venti levemente la vio. La mujer mantenía su cuerpo de frente ante la lluvia mientras las nubes comenzaban a ponerse más grises, densas, y llenas de energía. - Son y serán fugitivos... Causaron problemas, a todo... -

- Por qué creían que era lo correcto... - Nahida levemente susurró; Shogun ladeó su cuerpo hacia ella, viéndola, notando como su cuerpo se mantenía sereno, con sus manos frente a su cuerpo y sus ojos cerrados. - Una arconte no deserta de esa manera a menos que sea por el bien de su pueblo... -

Shogun agrietó sus ojos. - Con el debido respeto, Reina Menor... vimos lo que ellos son... que nos dice que está escapada no fue simplemente un capricho amoroso...? -

Nahida simplemente levantó su rostro al arconte del Anemo, Venti; el bardo levemente bajo su Gnosis, para así sonreírle a la arconte dendro. Nahida cerró sus ojos de vuelta, antes de susurrar.

- Porque aún no se rinden... -

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La Profecía del Fin de los Tiempos (PARTE 1)

La Profecía del Fin de los Tiempos (PARTE 1)

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