Daxton
La levanto del mueble a dónde la había dejado.
¿Cuál de todas será su habitación?
Abro cada puerta con un poco de dificultad por la persona en mis brazos ¿Por qué pesa tanto?
Encuentro una habitación y la deposito en la cama. Miro al rededor, esto gritaba humanos por doquier. Había posters de cosas, supongo que películas y bandas. El espacio era bastante amplio para ser solo una habitación.
Tenía su propio tocador, con un montón de productos innecesarios para la cara ¿Para que necesitaba esa mierda?
La miro, parecía profundamente dormida ¿Por qué tardaba tanto en despertar? Solo era un desmayo.
Por quinta vez en el día le doy un repaso, no sé qué era lo que me atraía de ella. Tal vez eran sus largas pestañas que chocaban con sus mejillas. O su cabello cobrizo que le llegaba hasta los codos. O peor aún, sus ojos inocentes color miel, que transmitían tanta inocencia que, dentro de mí, me daban unas ganas de quitarle.
La chica era bonita, si, quién dijera lo contrario estaría ciego, pero no era mi tipo. Más bien, ningún humano era mi tipo.
Menos ella...
Alejo esos pensamientos, no podía pensar en terceros ahora.
Me alejo de ahí y entro en la sala.
Veo el desastre que habían dejado los del consejo, y la rabia vuelve a brotar de mí.
Ellos no querían conocerla, ellos querían poseerla. Esto era un maldito exorcismo. Cuando mi padre supiera esto no habrá ninguno de ellos que se salve.
No entendía que aprecio le tenía mi padre a Aurora, si era una humana común y corriente. Cuando le pregunté, solo negó con la cabeza y dijo: <<Hay cosas que no son lo que parecen y ella, es una de ellas>>
No me dio más explicaciones después de eso, aunque le seguí preguntando.
Doy un chasquido y por arte de magia todo el desastre que dejaron ya no existía.
No podía hacer esto siempre, solo con cosas que me involucren claro está.
Pienso en desaparecer y hacer un poco de caos en el mundo, pero inmediatamente pienso en Aurora y en el peligro que conlleva dejarla sola.
Resoplo.
¿En qué momento me había convertido en niñera? Yo, Daxton, príncipe de los infiernos y líder de las tropas más importantes del más allá, siendo niñero.
Pienso en una solución. Podría poner a alguien a cargo de ella ¿Pero ¿quién?
Mi mente se ilumina con el nombre.
Doy tres chasquidos haciéndolo aparecer.
- ¿Qué te pasa, imbécil? Estaba en algo importante.
Enarco una ceja.
- ¿Coger es importante? Siempre lo haces.
- Por eso es importante - me dice como si fuera obvio.
- Necesito un favor Harden - digo finalmente.
- Uy, un favor del príncipe del infierno debe ser importante ¿En qué te puedo ayudar mi cielo?
Lo miro mal
- No me digas así Harden, soy tu superior.
- Como sea - resopla - ¿Qué necesitas?
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La seducción del Demonio
FantasiaY aunque el demonio se negara ir al cielo, la luz de este le hipnotizo, hasta llegar a caer en perdición. Todos los derechos reservados.