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Eunha se detuvo en seco al verla.

Sowon estaba tan alta y delgada como siempre, con el cabello al estilo largo. Pero el top que estaba usando dejaba poco a la imaginación. Los ojos hambrientos de Eunha vagaron sobre ella, los músculos de sus brazos y espalda se esforzaban con el peso del escritorio que ella y Taehyung estaban descargando.

Como si sintiera su presencia, Sowon se detuvo girando su cabeza y elevando ligeramente las cejas.

Eunha sonrió tímidamente. No sabía que Sowon estaría allí. Hyoyeon no había mencionado cuando llegarían. Estaba a punto de ofrecer una disculpa y hacer un escape rápido cuando Sowon le sonrió.

—Un poco de ayuda aquí, si no te importa.

Ella se apresuró, sus ojos se encontraron brevemente con los de Sowon antes de agarrar una esquina. Ella sonrió a Taehyung y asintió.

—Me alegro de verte nuevamente.

—Yo también. Esta... —dijo señalando a Sowon— pensó que podíamos mover este monstruo sin ayuda. Me alegro que hayas venido.

—Venía a ver a Hyoyeon. No sabía que ustedes estarían aquí —dijo Eunha.

—Oficialmente me mudo la próxima semana —dijo Sowon— pero necesitaba un escritorio —dijo mirando la pesada pieza mobiliaria que todos tenían cargada— si puedes ayudarnos a girarlo y subirlo por las escaleras, eso sería genial.

—¿Dónde está tu madre?

—Haciendo lo que mejor sabe hacer... —dijo Taehyung— cocinar.

Eunha no estaba segura de estar ayudando en absoluto, pero se las arregló para mantener su agarre en uno de los bordes del escritorio. Taehyung llevaba la peor parte del peso mientras maniobraba a través de la puerta principal.

—¡No rayen la pared! —expresó Hyoyeon desde la cocina.

—Voy a arreglarlo si lo hacemos —dijo Sowon mientras estaba apretujada en la puerta.

—¡Eunha! Qué sorpresa... —dijo Hyoyeon mientras se acercaba para inspeccionar los daños— y te pusieron a ayudar.

—Sin embargo, no estoy segura de estar haciéndolo —dijo con una sonrisa mientras mantenía una mano sobre el escritorio.

—Aquí está...—dijo Sowon dirigiéndolos hacia la habitación de invitados.

Ya había sido transformada, notó Eunha. La cama doble y la vieja cómoda habían sido sustituidas por una cama matrimonial y un tocador a juego. No podía imaginar cómo encajaría el escritorio.

—Un poco apretado, hermanita —dijo Taehyung con escepticismo.

—Lo sé. Pero lo he medido. Va a encajar.

—¿Estoy en el camino? —preguntó Eunha cuando ella y Sowon estuvieron apretujadas contra la pared, el escritorio estaba apoyado pesadamente contra ellas.

—Hemos estado en lugares más ajustados... —murmuró Sowon con una sonrisa.

Eunha sonrió en respuesta. Había pasado tanto tiempo desde que ella y Sowon habían estado juguetonas la una con la otra, no sabía cómo reaccionar.

—Ni siquiera vas a tener espacio para caminar por aquí —dijo Taehyung mientras ponía el escritorio en la esquina.

—No me importa. Necesito mi escritorio. —dijo Sowon pasando una mano por la superficie pulida— Ruédalo hacia atrás un poco —dijo mientras agarraba una esquina y la empujaba contra la pared.

—Se ve bien aquí —dijo Eunha— ¿supongo que es un escritorio especial?

—Bueno, no es una pieza antigua de fantasía ni nada —dijo Sowon— cuando tuve mi propia casa, fue la primera pieza mobiliaria que compré. Antes, cuando las computadoras eran computadoras y no laptops —dijo con una sonrisa— pero es cómodo y necesito dos laptops así que de esta manera podré extenderme y no violar el espacio de mamá.

A los 10 │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora