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—Qué juguetona era —dijo Umji— ¿Cómo lo soportaste?

Sowon apartó el plato de postre a un lado y literalmente se frotó el estómago. —Eso estuvo muy bueno, pero estoy repleta —dijo ella.

—No te vemos lo suficiente —dijo Umji mientras traía la jarra de café hacia la mesa— ¿Estabas enamorada de ella?

Sowon sonrió. —Creo que me enamoré de ella a los diez años.

—¿Sentías que ella te manipulaba? —preguntó Yuju.

—No. Créeme, era una compañera dispuesta a todo.

—Sin embargo, ella lo controlaba —dijo Umji.

—Te aseguro, querida Dra. Kim, que el hecho de que estaba haciéndolo con mi mejor amiga... por sus órdenes... desde que tenía catorce años no dejó cicatriz en mí. Ni una sola vez pensé que me estaba manipulando. Eunha estaba apegada emocionalmente como yo lo estaba. La diferencia era que yo podía aceptar que era lesbiana. Ella no podía. Ella estaba predestinada no sólo a tener citas con Jeon Jungkook, sino también a casarse con él.

—¿Y fue algo que aceptaste? —Sowon agitó un poco la azúcar en su café, pensando en aquellos tiempos.

—Sí, lo acepté. No había opción referente a Eunha. Su madre tenía toda su vida organizada cuidadosamente de acuerdo a su deseo. Eunha tenía muy poco que decir en todo lo que hacía. Creo que por eso su tiempo conmigo era tan precioso para ella. —dijo— Fue la única cosa que fue elegido por ella, lo único que no tenía las huellas de su madre por todas partes.

—Pero ustedes no se veían mucho ¿verdad? —preguntó Umji.

—No. Especialmente cuando fuimos a la secundaria. Eunha tenía mucho que hacer, teníamos suerte de vernos una vez por semana. Incluso entonces, no siempre estábamos solas. Mi madre siempre estaba allí y si su madre estaba en casa, no nos atrevíamos a ir a su habitación. —Sowon sonrió— Se volvía muy peligroso para nosotras estar solas —dijo ella— éramos como un infierno a punto de explotar.

—¿Qué hay de ti? —preguntó Yuju— ¿Tenías amigas? ¿Tenías alguna actividad después de la escuela?

—Tuve algunas amigas. —dijo ella— Quiero decir, no estaba totalmente ciega en cuanto a lo que estaba pasando. Sabía que Eunha y yo no teníamos futuro. Sabía cuál era mi papel en su vida. Así que hice algunos amigos en la secundaria. Hice las cosas normales que se hacen. Iba al cine con ellos y pasaba el rato en la pizzería.

—¿Pero nadie sabía de Eunha?

—No. Ellos sabían dónde vivía, sabían que mi madre trabajaba para los Jung, eso era todo. —Sowon se encogió de hombros— Nunca le dije a nadie que era lesbiana.

—Así que ¿cuándo llevaste las cosas al siguiente nivel? —preguntó Umji— Puesto que ya no tenían mucho tiempo juntas, quiero decir.

Sowon tomó un sorbo de su café, sonriendo levemente al recordar la primera vez que había tocado a Eunha, la primera vez que sostuvo a Eunha mientras ella llegaba a su clímax.

—Fue un domingo. Sus padres estaban en una subasta y tuvimos la tarde para nosotras. Tenía dieciséis años.

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Flashback

Sowon se quedó de pie fuera de la puerta de Eunha, tratando de calmarse. Estaba tan nerviosa como nunca lo había estado. Habían pasado dos semanas desde que ella y Eunha habían estado juntas a solas y aun así había sido sólo unos minutos. No mucho, pero lo suficiente como para que se besaran, para que se tocaran los pechos la una a la otra. Ya no había timidez en ninguno de sus toques. Y hoy tendría horas juntas. Sowon realmente temblaba ante la idea.

A los 10 │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora