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Sowon estaba dando vueltas en el mismo punto y lo sabía, pero al parecer había obtenido su terquedad de su madre.

—Te lo dije, me siento bien —dijo su madre por cuarta vez.

—El doctor dijo que lo tomaras con calma —le recordó ella.

—¿Y para ti eso significa que debo estar en cama de reposo?

—Sí.

—Eunha y SinB van a venir y prefiero compartir con ellas aquí que en mi habitación —dijo su madre mientras se sentaba en el sofá— después del almuerzo, te prometo que iré a acostarme.

Aunque Sowon no quería tratarla como a una enferma, había estado presente cuando el doctor le había dicho que descansara. Aún no tenían ninguna explicación de su desmayo. Pero no tuvo más tiempo para discutir. Un par de golpes a la puerta le dijeron que Eunha... y SinB... ya estaban allí. Y no le importaba admitir que estaba un poco nerviosa. Eunha le había dicho que planeaba decirle a SinB acerca de ellas, no quería escondérselo... a nadie.

Sowon podía enfrentar a la madre de Eunha, su padre, incluso a Jungkook ¿Pero su hija?

Sabía que lo que realmente temía era que, si ella no apoyaba esto, si no lo aceptaba, entonces Eunha huiría de todo nuevamente, rehuyendo a lo que sentía en su corazón por el bien de otra persona.

Su madre debió notar su vacilación. —SinB ama muchísimo a su madre —dijo ella— lo único que ella quiere es verla feliz.

—¿Oh? ¿Así que ahora puedes leer mi mente? —dijo mientras se dirigía hacia la puerta.

—Siempre pude leer tu mente —dijo su madre riendo.

Tomó una rápida respiración, entonces abrió la puerta, su mirada aterrizó primero en Eunha antes de deslizarse hacia SinB. Se sorprendió al encontrar allí un toque de diversión ¿Era su nerviosismo tan evidente?

—Hey, pasen —dijo dando un paso fuera del camino— me alegro que hayan podido venir —hizo un gesto con la cabeza— ella está en la sala de estar en el sofá.

Tan pronto como SinB estuvo fuera del alcance del oído, Sowon se volteó hacia Eunha.

—¿Cómo te fue? —le preguntó en voz baja.

Eunha tocó su brazo, dejando que sus dedos permanecieran allí. —Todo salió bien —se acercó más— te extrañé anoche —susurró ella.

Sowon estaba segura que su alivio era visible. —¿Así que ya no estamos en problemas?

—No estamos en problemas —entonces Eunha levantó las cejas— ¿De que tenías miedo?

Sowon miró hacia otro lado, escuchando a su madre y a SinB hablar, pero sin escuchar sus palabras.

Miró a Eunha y sostuvo su mirada. —Tenía miedo de que ella... ella no lo aceptara y entonces tú... tú me dirías...

—Oh, cariño... —murmuró Eunha tirando de ella en un apretado e íntimo abrazo— Te amo, Sowon. No permitiría que nadie... ni siquiera SinB... nos separara otra vez.

Eunha la besó y Sowon sintió que todas sus preocupaciones se desvanecieron, haciéndole sentir tonta por ello en primer lugar.

—Vaya, ¿ustedes dos no pueden esperar?

Se separaron sintiéndose culpables, ambas sonrojadas cuando SinB se quedó mirándolas.

Sowon abrió la boca para disculparse, pero Eunha la detuvo con una risa rápida.

—Entonces deja de acercarte sigilosamente hacia nosotras —dijo yendo hacia SinB y entrelazando su brazo con el de ella— ¿Cómo está Hyoyeon?

Sowon les siguió al interior, mirando los ojos sonrientes de su madre. Se sonrojó nuevamente.

A los 10 │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora