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—¿Quieres abrir una tienda en tu ciudad natal? ¿En Geumcheon-gu?* Creo que eso es grandioso —dijo Yuju mientras le entregaba a Sowon una copa de vino tinto.

Sowon asintió en agradecimiento.

—La ubicación es completamente idea de Taehyung. Al menos nos dará la oportunidad de estar con nuestra madre, mientras estemos levantándola y gestionándola. Y luego nos permitirá atenderla a ella con mayor frecuencia, si tenemos una tienda ubicada allí.

—¿Así que no vas a moverla después de todo al centro de ayuda especial? —preguntó Umji mientras se unía a ellas en el patio.

—Ese era el plan original, pero si tenemos una tienda allí, estaremos alrededor más de lo que hemos estado ahora. Ella ciertamente no estaba muy emocionada con esa opción —dijo Sowon— Taehyung ha estado yendo allí una vez a la semana. El cáncer todavía está en remisión, pero realmente hizo mella en ella la segunda vez. Mamá está agotada. Hay tantas cosas que ya no puede hacer —tomó un sorbo de su vino y dejó la copa sobre la mesa— Mientras estamos levantando la tienda y arrancándola, me quedaré con ella. Eso me dará la oportunidad de ver cómo le está yendo realmente. Sigo diciéndome a mí misma que setenta años no es ser viejo.

Pero ellos necesitaban tomar algún tipo de decisión. Su hermano había asumido el papel de cuidador el último par de años. No es que Sowon se hubiese negado. Era sólo que no se atrevía a pasar más de un día allí a la vez, por temor de encontrarse con Eunha.

Umji la miró por un momento y Sowon se preguntó si estaba cayendo en su papel de psicóloga.

—Has sido muy vaga en cuanto al por qué rara vez vas a cuidar de ella —dijo Umji.

Sowon le sonrió.

—¿Estás intentando ponerme en tu sofá, Dra. Kim?

Umji negó con la cabeza.

—No. Prometí que nunca haría eso —sonrió— Sin embargo serías un excelente modelo de estudio. Simplemente tenía curiosidad por saber si había algo que te mantenía aquí o había alguna razón en particular por la que evadías ir allá.

—¿Qué es lo que estás pescando, doctora?

Umji se echó a reír.

—Yuju y yo te hemos conocido por seis años, Sowon. Sin embargo, sigues siendo un deseoso misterio.

—No soy un deseoso misterio —insistió. No intencionalmente, por lo menos.

—¿Por qué no has traído a Chung-ha?— preguntó Yuju— Aún están saliendo ¿no es así?

Sowon alcanzó la botella de vino, añadiendo un poco más a su copa antes de contestar. No había visto a Chung-ha en dos semanas y no había hablado con ella en por lo menos seis o siete días ¿Aún estaban saliendo?

—He estado muy ocupada —dijo evasivamente.

Umji le dio su lenta sonrisa que decía que sabía que estaba mintiendo —Y otra que se escurre.

Sowon se encogió de hombros —No era serio, como sabes.

—Nunca lo son ¿o sí?

—Ella nos cae bien —dijo Yuju.

—Sólo porque ella y Umji pueden hablar de cosas de doctores —Sowon levantó una ceja— ¿Realmente las he conocido durante seis años?

—Seis años e innumerables cenas, sí —dijo Umji— Pero aún sabemos muy poco acerca de ti.

Sowon se detuvo, su mirada iba entre sus dos mejores amigas.

—¿Qué más quieren saber?

—¿Por qué evitas ir a casa? ¿Por qué es tu hermano quien insiste en que abras allí una tienda y no tú?

A los 10 │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora