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Los ojos de Sowon estaban pegados a la pantalla, su mano derecha movía el ratón lentamente mientras añadía una mesa redonda cerca de la barra de delicateses. ¿Funcionaría eso en Geumcheon-gu? ¿Realmente las personas vendrían a la tienda para tomar el desayuno? ¿Almuerzo?

—Hay que hacer algo con todo este espacio... —murmuró mientras cambiaba la mesa redonda a una más alta mesa cuadrada. Tres mesas, dos sillas en cada una.

-—¿Ocupada? —levantó la vista, encontrando a Eunha quién le miraba desde la puerta.

Sonrió rápidamente, sorprendida de verla. Sentándose hacia atrás, le indicó que entrara a su dormitorio-oficina. El escritorio había ocupado el poco espacio que quedaba después que había mudado la cama de su casa.

No había espacio para una silla extra.

—Lo siento. Está un poco estrecho.

—No quiero interrumpir —dijo Eunha— vine a visitar a Hyoyeon.

—Oh... —Sowon recordó que Eunha era amiga de su madre, no de ella.

Eunha le sonrió, aunque algo nerviosa. —¿Estás trabajando en el diseño?

—Sí. —Sowon se detuvo y volteó su laptop hacia Eunha— Aquí, mira... —dijo ella.

Salvó lo que había estado trabajando, entones abrió un esquema en una escala más pequeña del interior.

—Nuestras tiendas son un poco pequeñas, la más grande es de diez mil metros cuadrados y la más pequeña... la primera... sólo siete mil. Así que esta será enorme para nosotros. Es de más de veinte mil metros cuadrados. El doble de lo que estamos acostumbrados —dijo— no estoy segura de que pueda duplicar nuestro inventario, por lo que tengo que llenar el espacio de alguna manera. —se detuvo en el área de delicateses nuevamente— Quiero hacer un área para comer. Como un patio de comidas, con diferentes opciones. No sería del todo vegano o vegetariano —afirmó— nada comercial o de granjas industriales. Eso está fuera de límites. Pero trataremos de comprar localmente siempre que podamos. Tiene que ser orgánico. Una barra de ensalada, un barra de tacos... —se detuvo— Lo siento. Estoy segura que no quieres oír hablar de todo esto.

—No. Es emocionante.

Sowon se echó hacia atrás. —No sé si lo llamaría emocionante, pero me gusta la etapa de planificación.

Eunha asintió. —Eso se nota. —vaciló, sus ojos vagaron alrededor de la habitación antes de volver a Sowon— Me preguntaba si... si quieres salir a... a cenar. Esta noche.

—Oh, no lo sé —dijo Sowon— sin ánimo de ofender, la última cosa que quiero hacer es cenar contigo y Jungkook —dijo ella.

Eunha negó con la cabeza. —Jungkook está... bueno, no importa. Él no está. Él no estará allí.

Sus ojos se encontraron y Sowon trató de leer a Eunha, preguntándose lo que estaba planeando.

Finalmente se apartó, mirando hacia su pantalla. —¿Crees que sea una buena idea?

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decir, estaríamos solas.

Los ojos de Eunha se ampliaron. —Te preocupas por...

—Bueno...

Eunha sonrió. —No tengo segundas intenciones, si eso es lo que te preocupa. La última vez que nos vimos, estuvimos de acuerdo en que no habría... no habría romance —dijo con voz tranquila— Ya que han pasado cinco años desde que nos vimos la una a la otra y todavía estoy casada...

Sowon se mordió el labio inferior y finalmente se encogió de hombros. —Está bien. Tienes razón. De todos modos ya deberíamos estar más allá de eso.

A los 10 │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora