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Eunha abrazó a SinB con fuerza, avergonzada por lo mucho que iba a echarle de menos

—Mamá, no es que me vas a enviar a otro país —le recordó.

—Es sólo que voy a echarte de menos —dijo— eres... bueno, eres todo lo que tengo.

Sus ojos castaños inteligentes la estudiaron por un momento, entonces tomó su mano y la llevó hasta el sofá.

—Tenemos que hablar.

Ella puso los ojos en blanco.

—Yo soy la madre —le recordó— tú tienes quince años.

—Sí, pero soy la inteligente, la madura... —dijo— no tengo que ir, lo sabes.

—SinB, es la mejor escuela de medicina en el país. Por supuesto que tienes que ir.

Ella inclinó la cabeza hacia la suya, sus ojos vigilantes estudiando cuidadosamente su expresión.

—¿Has estado casada con papá todos estos años sólo por mí? —la pregunta le tomó de sorpresa.

Había jugado el juego tanto tiempo que pensó que era bastante buena en ello ¿Había visto ella a través de su fachada?

—¿Por qué me preguntas eso? Tu padre y yo...

—No son felices. Al menos tú no lo eres.

Ella se puso de pie dándole la espalda. No estaba preparada para responder a sus preguntas, no estaba preparada para ver la verdad en sus ojos.

—SinB, tienes un coche esperando para llevarte al aeropuerto. Este no es el momento...

—Mamá, es el jet privado del abuelo. Creo que puedo llegar un poco tarde. —se acercó a ella y le dio la vuelta— Esto es importante. Me voy. No voy a estar aquí para cuidar de ti —ella sonrió a su declaración.

SinB estaba tan crecida, sin embargo, era todavía una niña. A veces había deseado que fuese una chica normal, pero eso era egoísta de su parte. Tenía un don y ella nunca había huido de eso.

Acarició el cabello negro apartándolo de su frente, haciendo una pausa para acariciar su mejilla.

—Te amo, lo sabes.

Ella asintió con la cabeza.

—También te amo. Es por eso que quiero que seas feliz.

—Oh, SinB, no es tan simple. Cuando tenía tu edad, no había opciones para mí. Tu abuela tenía todo arreglado —la miró a los ojos esperando que ella lo entendiera— eso incluía con quien debía salir, a donde iría a la universidad... y en definitiva, con quien me casaría. Ser feliz no era parte de la ecuación. No quiero eso para ti. Quiero que tomes tus propias decisiones y hagas lo que te hace feliz.

—¿Quieres decir si la escuela de medicina no es para mí?

Ella asintió con la cabeza. —Sé que tu padre, tus abuelos, todos te empujaron por este camino. Sé de primera mano lo buenos que son en empujar en la dirección que desean. Pero tiene que ser tu decisión. No quiero que tengas nada que lamentar.

—¿Cómo tú lo haces?

Ella sonrió con tristeza. —Sí. Tengo remordimientos. Muchos de ellos. Pero es demasiado tarde para mí. Tú tienes el mundo frente a ti. No dejes que te influyan demasiado.

—Mamá, sólo tienes treinta y ocho años. Aún podrías...

—Sólo tengo treinta y siete años... —le corrigió con una sonrisa— todavía me faltan unos meses para llegar allí, muchas gracias.

—Lo siento. —dijo con una sonrisa— Lo que quiero decir es que no es demasiado tarde. Si deseas hacer cambios, bueno, tienes mi bendición... —dijo mientras su joven rostro se ruborizaba— con papá, quiero decir.

Ella le dio un abrazo y luego la liberó. —Gracias. Pero no es así de simple.

SinB se aclaró la garganta ligeramente. —La Srta. Hyoyeon dice que nunca te había visto tan feliz como cuando eras joven, y tú y Sowon estaban siempre juntas. Ella dice que tus ojos siempre tenían una chispa en ellos. Entonces te fuiste a la universidad y... bueno... —ella la miró con tristeza— nunca he visto esa chispa mamá.

—Oh, cariño —susurró abrazándola nuevamente— es... es tan complicado.

Sí, todo con Sowon era complicado. No la había visto en cinco años. Sabía por Hyoyeon que Sowon estaría de vuelta en la ciudad el próximo mes más o menos. Ellos iban a abrir otra tienda. Sabía que Hyoyeon estaba orgullosa del éxito que Sowon y Taehyung habían tenido, con razón, pero intuía que Hyoyeon estaba más feliz con el hecho de que ellos estarían más tiempo a su alrededor.

Sabía que una gran parte de eso era su culpa. Sowon permaneció alejada por ella. Tal vez esa era una de las razones por la que siempre había sentido la necesidad de vigilar a Hyoyeon.

Hyoyeon era la persona que hubiese deseado tener como madre. Y sabía a ciencia cierta que SinB estaba mucho más cerca de Hyoyeon de lo que estaba con su propia abuela. Hyoyeon era cálida y atenta, dos cosas notoriamente ausentes de la personalidad de su madre. Sin embargo, Sowon iba a regresar a Geumcheon-gu.

Seguramente se encontrarían en algún momento ¿Sería tan extraño como por lo general había sido? ¿Entrarían en calor la una con la otra eventualmente? ¿Se atreverían a estar solas? ¿Seguiría estando allí la chispa después de haber pasado otros cinco años?

Una parte de ella esperaba que todavía ardiera con intensidad, pero otra parte temía que lo hiciera.

Con SinB lejos, su vida estaba en una encrucijada ¿Se atrevería a hacer un cambio? ¿Sería lo suficientemente fuerte como para enfrentar a su madre? ¿A Jungkook? ¿Sería lo suficientemente valiente?





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A los 10 │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora