Capitulo 9

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Naruto siguió a Sasuke en silencio, caminando más despacio que el azabache. 

-Aquí es - dijo de pronto, deteniéndose en un edificio de oficinas. 

-¿Qué vamos a hacer aquí? - pregunto Naruto extrañado ¿Por que lo trajo a un sitio como este? Si se trataba de su trabajo, lo hubiera dejado en su departamento. 

Sin responder, Sasuke abrio la puerta y tras saludar en recepción, atravesó todo el pasillo hasta llegar a unos ascensores metálicos. Por la forma de moverse, Naruto dedujo que no era la primera vez que entraba en aquel lugar. 

-No te separes de mi - dijo Sasuke, cuando se abrieron las puertas del ascensor. 

Naruto obedeció sin rechistar, después de todo no conocía para nada este lugar y tampoco conocía las intenciones del azabache. Durante el viaje en el ascensor se decidió a estudiar a Sasuke. Éste, impasible y ajeno a la mirada del rubio, permaneció más serio y callado que de costumbre, con la mirada fija en un punto de la pared muy posiblemente perdido en sus propios pensamientos. El aparato se detuvo en la séptima planta y las puertas volvieron a abrirse. 

-Me alegra que hayas vuelto, hermano - 

Naruto salió y miro con curiosidad al hombre que había salido al encuentro de su compañero. Su cabello negro y una larga cola de caballo en la parte posterior de su pelo y debajo de sus ojos tiene unas ojeras grandes. 

-¿Para que me has llamado, hermano? Sabes que si me llegan a ver aquí, mis planes se van a echar a perder - 

-Vamos, no te preocupes aquí nadie se atrevería a traicionarte...¿Quién es él? - pregunto, señalando a Naruto con la cabeza. 

Sasuke tardo unos instantes en responder y cuando lo hizo, hablo en mandarín, sorprendiendo a Naruto. Su hermano lo miro enfadado, claramente contrariado con la respuesta de su hermano menor y continuo la conversación también en mandarín. 

La conversación no duro mucho, pero Naruto tampoco entendió nada. Cuando Sasuke se giro y volvió a entrar en el ascensor, la mirada de su hermano había pasado de ira a lastima ¿De que estuvieron hablando?

-Eh... ¿Cómo es que sabes hablar mandarín? - se intereso Naruto una vez que habían salido del edificio y llevaban un rato caminando. 

Sasuke lo miro ladeando la cabeza, inquisitivo. 

-Mi madre me enseño, ella era china ¿Por que? ¿Tienes algún problema con ello? - 

-No, no... es solo que fue sorprendente escucharte hablar mandarín, pensé que no sabias hablar otro idioma - 

Era cierto. Realmente no sabia nada de Sasuke, solo de que pertenecía a la mafia y era alguien muy peligroso, el azabache parecía saberlo todo sobre él ¿Le responderá si le pregunta? 

-Sasuke - 

-¿Mmm? - 

No se molesto ni en mirarle. 

-¿No te llevas con tu hermano? - 

-No confió mucho en él - respondió. 

Naruto no insistió. 

-¿A donde vamos ahora? - 

Sasuke se detuvo y lo miro. 

-A mi casa. ¿No soportas estar tanto tiempo afuera? - 

Naruto negó con la cabeza - No soy agorafóbico, además me gustaría ver tu casa - dijo lo ultimo con una sonrisa. 


Naruto pensó que la casa del azabache iba a estar en lugar de mala muerte, con eso de que no poseía dinero, pero grande fue su sorpresa al ver el apartamento de Sasuke, que se encontraba en uno de los barrios ricos de la ciudad. Era enorme y con una moderna y cara decoración. 

Sasuke se quito los zapatos en la entrada y se tumbo en el largo sofá de cuero negro. 

-Ponte cómodo - dijo con voz cansada. 

Naruto también se quito los zapatos y se sentó a su lado. Sasuke había cerrado los ojos y parecía tener la intención de quedarse dormido. El cabello le caía completamente por la cara y un brazo reposaba pesadamente sobre su vientre desnudo. La camisa se le había abierto completamente y dejaba al descubierto un torso bien formado. El rubio ya lo había visto varias veces cuando le cambiaba las vendas y sintió algo de envidia. 

Casi no hacia ejercicio, se la pasaba frente al ordenador para poder terminar sus obras y ya se le había formado hasta una joroba. Acerco una mano hacia el torso del azabache y lo golpeo levemente con su dedo, sin darse cuenta sus dedos recorrieron cada parte de los músculos.

Sasuke abrio los ojos al sentir las caricias y miro al rubio. 

-¿Qué estas haciendo? - 

Naruto dio un brinco y alejo su mano, pero Sasuke lo atrapo. 

El rubio trato de soltarse. Su corazón latía con fuerza y la cara le ardía. 

-¿Estas pensando escribir un libro sobre el cuerpo humano? - 

"¡Se esta burlando de mi!" se quejo Naruto en su mente. 

-Suéltame - pidió, debatiéndose entre la vergüenza y la rabia.

-No has respondido mi pregunta ¿Qué estabas haciendo? ¿Soy parte de un experimento para tus libros? - 

Naruto levanto la cabeza y le miro a los ojos, perdiéndose en la profundidad de aquellos ojos negros. 

-No... solo...- 

Sasuke corto la distancia que separaba los dos rostros e interrumpió al rubio con un beso en los labios. Naruto abrio los ojos sorprendido, borrando sus expresiones rápidamente, como si no hubiera sucedido nada. 

 El beso fue rápido, que Naruto no pudo recuperarse del shock. 

-¿Eso querías? - 

Sasuke se incorporo del sofá, sentándose. Y como el pelo le caía en la cara y la cabeza permanecía gacha, Naruto no pudo ver la expresión de su rostro. Al final, intento zafarse de la mano que aun agarraba su brazo, pero los dedos de Sasuke se clavaron en su piel y Naruto contuvo la respiración. 

-No... no fue suficiente - 

Antes de que Naruto reaccionara a sus palabras, Sasuke tiro con fuerza del brazo haciendo que el confundido rubio cayera sobre su regazo y agarrándose del pelo, el azabache apretó sus labios contra los suyos, no fue un beso como el anterior; ligero y rápido, sino que se abrio camino entre su boca, introduciéndole la lengua.  

Cálido, húmedo y dominante. Esas hubieran sido las palabras con las que Naruto habría descrito aquel beso sino hubiera estado lo suficiente conmocionado como para pensar. La lengua de Sasuke se movía dentro de su boca, explorando su interior salvajemente y haciendo que el cuerpo de Naruto temblara. 

Sasuke aparto los labios de los suyos y echo hacia atrás la cabeza, sonriendo. 

-Es tu culpa por provocarme - 





El escritor y el mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora