EAG [Meanie || Minwon]

Capítulo 2

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Él pestañeó con sus ojos azul verdosos tan profundos como el mar.

—¿Contratado?

Mingyu cerró la puerta; una agitación desconocida amenazaba su control. «Dios santo, es delicioso.»

—Sí, contratado. ¿Cuándo puede empezar?

—Pero... no ha visto mis referencias, y desconoce mis capacidades... incluso mi nombre. Además de que soy un hombre, no tiene ningún inconveniente al respecto?

Dado su conservador atuendo que se ajustaba a cada curva de su cuerpo y su postura erguida, decirle lo excitante que encontraba sus obvias capacidades podría espantarlo.

—Si ha tenido la valentía de venir a tocar mi puerta por este puesto, teniendo en claro lo que considera un obstáculo, no veo porque dudar de sus capacidades.

Un movimiento captó su atención y bajó la vista para ver un pequeño felino blanco caminando con gracia por abajo de su escritorio. Mingyu arqueó una ceja.

—¿Es suyo?

Wonwoo giro en dirección de lo que había capturado la atención de lord KilCairn y el animal volvió a su lado y se sentó.

—Sí. Está muy bien educado, se lo aseguro.

Agradecido por cualquier distracción que le concediera un momento para recobrar su serena apariencia habitual, Mingyu rodeó a la pequeña bestia blanca y tomó asiento en su escritorio de caoba.

—No tiene que asegurarme nada. Ya tiene el trabajo, joven... ¿Cómo se llama?

—Wonwoo. Jeon Wonwoo.

—Un nombre muy hermoso, joven Jeon.

Wonwoo se sonrojó, el rubor ascendió atractivamente a sus mejillas color crema.

—Gracias, señor. —Bajó la mirada bruscamente a su amplio retículo y sacó un delgado montón de papeles.—Mis referencias.—le explicó al tiempo que se los ofrecía.

Mingyu se inclinó hacia delante y las tomó, sus dedos rozaron la suave piel de cabritilla de sus guantes blancos.

—Si insiste. —Mingyu los dejó sin tan siquiera mirarlos, prefiriendo mantener la mirada en el alto y elegante ser sentado frente a él.

El institutor señaló los papeles.

—Insisto. ¿No desea examinarlos antes de ofrecerme un puesto?

Se le ocurrieron varias posiciones que le gustaría ofrecerle.

—Prefiero examinarlo a usted.

Su sonrojo se intensificó.

—¿Có... cómo dice?

El joven que tenía al frente era sinceramente ingenuo, decidió. Y, gracias a Dios, no tenía la menor idea de quién era él.

—Todas las referencias son impecables, o no se ofrecerían. Por lo tanto, son inútiles. Prefiero acudir a la fuente. —Posó la barbilla en sus manos y sonrió con la esperanza de no parecer el depredador que se sentía.—Hábleme de usted, joven Jeon.

Wonwoo se alisó el traje con un movimiento diestro con gracia.

—Por supuesto. He servido como institutor y joven de compañía en varios empleos durante los últimos cinco años, señor. A pesar de la poca credibilidad que me daban al inicio, he ganado la confianza de cada familia con la que he trabajado demostrando mis habilidades y se me considera muy competente. —Alzó la barbilla, emprendiendo una disertación obviamente ensayada.—De hecho, las damas jóvenes son de mi especial preferencia. Yo...