EAG [Meanie || Minwon]

Capítulo 11

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Wonwoo vio girar a Sooyoung, inclinarse, girar de nuevo y tomar la mano de su compañero. Si había algo que se le diera realmente bien a la muchacha, eso era bailar. Desde luego, observarla desde un lado de la habitación, en lugar de desde el medio de la pista de baile, habría hecho el panorama más satisfactorio.

—Le ha enseñado bien. —Lord Belton pronunció el cumplido en el mismo tono que utilizaba lord Kilcairn cuando deseaba ser encantador. Los esfuerzos del vizconde, no obstante, no eran ni mucho menos tan efectivos como las sugerencias del conde. Los cumplidos de Shin Hyoseob ni siquiera le hicieron estremecerse lo más mínimo. En su lugar, le irritó bastante que intentase semejante táctica con él.

Aguardó hasta que el baile le llevara de nuevo a su lado.

—Su habilidad es natural, milord. El mérito no es mío.

—Ah. —Él retrocedió un paso, luego giró y vuelta a empezar— Usted también tiene mucho talento.

—Gracias, milord. —En ese momento, bailar era un talento por el cual se sentía sumamente agradecido. No podía haber rechazado la petición del vizconde sin hacer una escena, y ya era bastante difícil permanecer inmóvil bajo la atenta mirada de la alta sociedad sin tener que preocuparse por tropezarse o errar un paso.

—De nada.

Wonwoo echó un vistazo a su pareja a tiempo de pillarle mirando a Mingyu, al otro lado del salón de baile cubierto de espejos. El conde se encontraba apoyado contra la pared, ajeno a las jóvenes que trataban de atraer su atención. No se atrevió a lanzarle una mirada furiosa con toda la gente observando, pero él pareció darse cuenta de sus sentimientos. Mingyu arqueó una ceja, brindándole una ligera y sensual sonrisa.

No cabía duda de que tramaba algo; ni siquiera hizo intento alguno por parecer inocente. Y Wonwoo tenía una buena idea de que debía ser.

—Lord Belton —inquirió cuando volvió a reunirse con su pareja—, ¿le ha obligado Kilcairn a bailar conmigo?

El vizconde parpadeó. Wonwoo tenía presente que las jóvenes damas que se encontraban en el lugar no hacían preguntas tan directas, pero el no era una, aunque podía sonar algo descortés de parte de un institutor, pero la diferencia es que él no trataba de atrapar un esposo ni de impresionar a nadie con nada que no fuera su éxito con Sooyoung.

En cualquier caso, si estaba siendo demasiado directo la culpa era de la influencia y los irritantes modales de Mingyu.

—Yo... por lo general no necesito que otro hombre me convenza para bailar con una jovencito hermoso, joven Jeon.

Wonwoo le miró a los ojos.

—Por lo general no —repitió—. Bueno, aunque le agradezco el gesto, su galantería es innecesaria. No tengo que bailar con un apuesto caballero para que me convenza de cumplir con mi obligación hacia la señorita Park.

Él pareció nuevamente sorprendido.

—Usted dice lo que piensa, ¿no es así?

—Me parece que no tiene sentido hacerlo de otro modo. Por fortuna, me encuentro en una posición donde tengo que impresionar a muy poca gente. Todo el mundo sabe exactamente qué pensar de mí sin ni siquiera haber tenido la ocasión de conocerme.

—¡Santo Dios! —murmuró el vizconde, pero entre el torbellino de bailarines no pudo adivinar si su respuesta le había divertido u horrorizado.

Como quiera que fuera, el vizconde era un caballero. Lord Belton terminó de bailar la pieza con él y lo condujo de vuelta con la señora Park antes de excusarse del grupo... con cierta prisa, pensó Wonwoo, aunque aquello podría simplemente deberse a su interpretación. Sooyoung, sin aliento sonrojada por la emoción, se reunió con ellos un momento después.