42 (¿Qué solución tiene esto?)

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:)

Mina abrió los ojos de abrupto, después de haber soñado que caía, pero no se movió para nada. Cerró los ojos al sentir el ardor de la repentina luz, pero parpadeó hasta que se dio cuenta de dónde estaba, y cada cosa que su mente lograba recordar la hacía sentirse más mal.

Se levantó muy apenas justo cuando una enfermera entró a revisarla. No la escuchó cuando le dijo que se recostara, Mina se recompuso y se quedó allí viendo a sus piernas tapadas por la sábana.

Sin duda le dolían las caderas, algo que le recordaba lo que había ocurrido seguramente hace muy poco.

Jinyoung violandola, mientras en su cuerpo había un desborde de rencor e impotencia. Lo miraba, estando encima de ella, soltando ruidos de placer, no deteniéndose por más que los ojos de Mina lagrimeaban. Mina lo podía mirar y escuchar, sentirlo levemente, pero estaba completamente inmóvil.

Y Momo... a Momo solo la podía escuchar repetir el nombre de Tzuyu. Mina no la podía ver porque las luces estaban apagadas, y agradece algo de ello porque lo que menos quiere es tener la imagen tatuada en su pupila de su amiga haciéndole eso.

Aunque nunca lo diría en voz alta, sí consideraba a Momo su amiga, a la que podía madrear y mentarle la madre a cada rato, pero amiga al fin y al cabo, y tener los vívidos recuerdos sobre eso con ella la tenía aún más harta.

La enfermera llegó con una doctora pero Mina no les ponía ni la más mínima atención.

Podía seguir escuchando los ruidos, la plática entre esos tres, su piel chocando, el sentimiento de impotencia fuertemente ligado a su pecho, el asco, y esa horrible cara.

Una cosa brillo en la mente de Mina, le trajo incertidumbre y miedo.

¿A Nayeon le podía dar asco?

— Posible víctima de agresión sexual, debe estar en estado de shock. Revisa bien sus signos vitales.

Cuando dijeron eso, ella parpadeó y volteó hacia la médico, viéndola hacer su trabajo.

Ella no se sentía en estado de shock, solo estaba pensativa, pero se sorprendió a sí misma cuando intentó moverse y no pudo, estaba paralizada y cuando quiso hablar sintió su lengua entumecida como cuando estaba drogada, su expresión quiso cambiar pero la sentía tensa. Mina no se sentía tan mal, quería demostrarlo, pero su cuerpo no parecía reaccionar a ello.

Cuando menos lo pensó, lagrimas fluyeron por sus mejillas y su respiración se agitó a la vez que su nariz ardió y enrojeció.

Con la mirada fija en la médico, Mina entre abrió los labios para tomar aire porque sentía que no tenía el suficiente. Bajó la mirada a su cuerpo, notando en su brazo una pequeña marca de inyección, y sintió una mano en su hombro, pero la apartó bruscamente. Sus manos temblaron y luego todo su cuerpo, y ahora tuvo que jadear por aire, buscando oxígeno, cada vez su garganta se cerraba un poco más y más, mientras se sofocada. Sentía que el lugar era demasiado pequeño, su corazón estaba latiendo fuertemente hasta el punto de que lograba sentirlo en su oído.

De momento repentino, su rostro cambió a de puro sufrimiento, y un llanto le azotó. Entró en un ataque.

Pero Mina no entendía por qué, si ella estaba bien.

Pero Mina no entendía por qué, si ella estaba bien

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