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—¿No crees que estas exagerando? —preguntó Sam, poniendo los ojos en blanco—. Debes reconocer que Matthew se portó a la altura, incluso por lo que me acabas de contar quede sorprendida, es como si me estuvieses hablando de otra persona.

—Por primera vez logramos convivir como personas civilizadas y admito que me sentí cómoda, pero de ahí, a que me quiera casar con él, ni siquiera estoy lista para dar ese gran paso—aseguré.

—Con que no lo estas ¿eh? —murmuró, entre risas.

—Cambiemos de tema—dije un poco irritada—. ¿Qué hay de ti?

—¿De mí? —preguntó incrédula, dándole un sorbo a su jugo de naranja.

—Si, no me digas que en todo el tiempo que estuve ausente, no te enamoraste.

—Sabes que no tengo tiempo para eso, mi vida se resume entre el colegio e ir a casa, los fines de semana, cuando no estoy tomando lecciones de piano, estoy en el club con mis padres—respondió sin ganas—. Como veras, querida prima, mi vida es un asco.

—Sabes, Matthew esta particularmente interesado en que conozcas a su primo Steven—informé, dedicándole una sonrisa de medio lado.

—No gracias—se apresuró a decir—. No estoy interesada en conocer a otro Hamilton. ¡Dios! suficiente tengo con soportar a dos Hamilton—masculló.

—Y luego dices que yo soy la melodramática.

—En verdad, Jul, agradezco tus buenas intenciones, pero...por ahora no quiero poner en riesgo a mi corazón, no después de lo que paso con Mark—murmuró, bajando la mirada.

Para mi mala o buena fortuna, jamás pude conocer a Mark Spencer en persona, salvo por las incontables fotos que Sam me enviaba de él, o por las que se publicaban en los periódicos y revistas, a simple vista era muy guapo, sus facciones se veían tan delicadas, tanto que hasta parecía como si de un muñeco de porcelana se tratara, ahora que lo pensaba, si hubiera sido mujer, sin duda habría sido una excelente modelo y una de las más cotizadas de la industria. Para nadie era un secreto que Mark, pertenecía a una de las familias nobles de Inglaterra, aun cuando su familia no era multimillonaria los títulos de sus antepasados le ayudaban un poco, pero nada de lo que uno pueda sorprenderse. Mark había sido matriculado en la misma preparatoria que Sam, exactamente cuando les faltaba tan solo un año para concluirla, Si bien, el imbécil de Mark, en tan poco tiempo logro convertirse en el chico popular del instituto, haciendo que centenares de chicas le coquetearan, pero su único objetivo fue Sam, «la chica rara» como solían llamarla, ya que ella al igual que yo le cuesta mucho socializar con las personas, y es que siempre buscan su amistad para sacar cierto provecho, ya sea monetaria o por unos minutos de fama y en esa ocasión no fue diferente, pues si bien junto con los idiotas de sus amigos, habían apostado a que no lograría llevársela a la cama antes de la graduación, y como era de esperarse, él, se lo tomó tan en serio, que utilizo sus encantos y exquisitos modales para endulzarle el oído, Sam estaba tan enamorada de él, que incluso hasta yo lo llegue a considerar el chico ideal, pero, como no todo en esta vida es de color rosa, el tipo no solo logró su objetivo, sino que la expuso públicamente, lo que provocó que con mayor razón fuera el centro de burlas y humillaciones constantes, tanto que mi padre y tío, tuvieron que pagar una buena cantidad de dinero para que los tabloides eliminaran las fotos que les habían hecho llegar, y a Sam la retiraron del instituto, para evitar que siguieran desatándose más escándalos que pudieran afectar el buen nombre de la familia, cada vez que lo recordaba, sentía demasiada impotencia, por no haber podido estar ahí para ella, justo cuando más me necesitaba, en cada una de sus cartas, siempre hacía mención de que quería morirse y en lo miserable que se sentía, temía tanto por su vida, que incluso le había rogado a mis padres me dejaran regresar antes de lo previsto, pero su respuesta había sido un rotundo «no» sin embargo, le daba gracias a Dios, que ahora Sam, se encontrara un poco mejor, pues si algo malo le hubiera sucedido, definitivamente jamás me lo habría perdonado.

Querido  JohnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora