Donde los Counters, cazadores de espíritus malignos, siguen su lucha secreta desde su tienda de fideos.
O
Donde los Counters enfrentan nuevos desafíos para proteger la Tierra de espíritus malvados que buscan la inmortalidad.
The Uncanny Counter Sea...
La nombrada detuvo sus movimientos sobre el cuerpo de Hyuk-woo, haciendo una mueca.
—¿No puede esperar dos minutos?
No.
—Aah, cielos. Perdóname, Hyuk —se levantó, comenzando a ponerse rápidamente (y con molestia) su uniforme, lo cual hacía que las prendas se enredaran.
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—Baja a la niña —Eun-bi apareció tras el espíritu.
—¡No te acerques! —apuntó el rostro de la niña presa en sus brazos con un pedazo de vidrio.
Eun-bi juntó sus manos y se concentró, su sombra se extendió la corta distancia hasta el hombre y ahí pudo manipular sus movimientos. Hizo que soltara a la niña y la dejara cuidadosamente en el suelo mientras este batallaba contra su poder.
—Pequeña, ven aquí —pidió mirándola y la niña corrió a aferrarse de su pierna.
Cuando su control de sombra dejó de apoderarse del hombre, este fue elevado por el aire con la telequinesis de Moon.
—No he terminado contigo —dijo antes de hacerlo estrellar fuertemente contra el pavimento, causando grietas.
—Oh, hola niños —saludaron Mo-tak y Eun-bi hacia el autobús de Daseul.
—¿No tenemos que taparles los ojos? —preguntó Mo-tak confundido.
—Que vean como castigamos a ese idiota —frunció el ceño Ha-na.
—Igual hay que borrarles la memoria después, no quiero que tengan pesadillas —dijo Mae-ok.
Eun-bi se agachó a la altura de la pequeña, leyó el nombre en su placa: —Na-yul... —susurró, familiarizándose con el nombre— has sido muy valiente. Vuelve con tu maestra —le dedicó una sonrisa y luego la niña corrió al vehículo.
—¿Comiste espinacas en vacaciones? —se rió Jang-mul al hacer referencia la fuerza con la que tiró al espíritu.
El espíritu se paró como si fuera un zombie.
—Ay, que horrible.
—Uy sí, que miedo.
Pero cuando este iba a atacar a Moon, el joven le dio un puñetazo que claro, lo mandó a volar otra vez.
—¡Touchdown! —exclamación Eun-bi y Mo-tak.
—Ustedes dos se tomaron su tiempo para llegar —replicó Ha-na mirando a los dos ex compañeros de clase.
—De hecho, yo pensé que Eun-bi no venía —bajó la cabeza Mae-ok.
—Moon quería hacer su entrada de héroe —rió Mo-tak— desde hace rato que se cree mucho.
—Bueno, con los poderes que tiene, se lo merece.
—Por lo menos llegué —respondieron los jóvenes a la vez, pero la intención no era responder lo mismo, ni mucho menos al mismo tiempo.
