Capítulo 4

130 17 1
                                    

Jeok-bong y Eun-bi se dirigieron a los juncos, donde se encontraba el espíritu maligno. Jeok-bong intentaba usar su sentido del olfato para localizar al espíritu, pero el proceso resultaba demasiado lento. Debido a la demora, Eun-bi fue cortada varias veces, ya que el espíritu era rápido y ella no podía verlo claramente entre los juncos.

Desesperado, Jeok-bong comenzó a llorar y a comunicar por el audífono que Eun-bi estaba siendo lastimada, pero no obtenía respuesta de nadie. La situación se volvía crítica cuando Eun-bi, aún herida, decidió perseguir al espíritu, que resultó ser una mujer. Se enfrentaron en una pelea intensa, en la que el espíritu usaba una especie de manopla con picos.

Durante el combate, en uno de los movimientos, Eun-bi logró desviar el ataque del espíritu, haciendo que se clavara uno de los picos en su propio ojo. Esto obligó al espíritu a retirarse.

—Ya, ya —le palmeó el pecho mientras avanzaba— la señora Choo me va a curar, relájate —dijo cuando lo sintió caminando detrás suyo— debemos entrenar para que distingas los olores.

Pero el pobre seguía llorando.

—¡Ya, en serio! me estresa que estés llorando.

—Es que por mi culpa te hirieron.

—Pff, esto no es nada. No viste como estaba cuando me partieron un hueso en tres.

—Ugh, suena feo.

—Y se siente feo —palmeó su espalda— vamos.

Las puertas se abrieron revelando a la cazadora de China

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las puertas se abrieron revelando a la cazadora de China. Rápidamente, la señora Choo corrió a abrazarla.

—Pasaste por muchas cosas —dijo la señora Choo, tomando sus manos— prometimos encontrarnos este año, pero no esperaba que fuera aquí.

—Gracias, señora Choo —respondió la cazadora de China, con lágrimas en los ojos.

—No me agradezcas.

—Me alivia habernos encontrado aunque sea así. ¿Dónde está Pa-pa y los demás?

—No te preocupes, los salvaremos a todos. Se reencontrarán algún día, lo prometo.

—Sé que es mucho pedir, pero haz que eso suceda —dijo la cazadora, volviendo a abrazarla mientras el resto del equipo observaba.

—Buen trabajo, todos —intervino Wi-gen— gracias a ustedes, las almas atrapadas pudieron llegar a Yung a salvo.

—¿Qué habría pasado si hubiésemos sido los primeros en hallarlos?

—Habríamos terminado como ellos si nos tomaban por sorpresa.

Todos sonrieron cuando la cazadora de China los miró.

Todos sonrieron cuando la cazadora de China los miró

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗖𝗔𝗡'𝗧 𝗬𝗢𝗨 𝗦𝗘𝗘 𝗠𝗘? ||The Uncanny Counter||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora