Era víspera de Año Nuevo, un ambiente de éxtasis y pasión envolvía el lugar, mientras cuerpos sudorosos se movían al ritmo de la música. Entre la multitud, Jimin se sentía completamente solo, a pesar de que las feromonas sexuales le arrugaban la nar...
Contenido +18, Escenas con sexo explícito❤️🔥❤️🔥, leer bajo su propia responsabilidad. Aunque ya están en las advertencias de la historia, por si acaso.
Capítulo extenso pero intenso, asi que no se asusten😜
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Jungkook lo cargó de forma imprevista por sus nalgas, provocando que Jimin se enroscarara en sus caderas, agilmente con sus piernas. El alfa no tuvo ninguna delicadeza en el acto. Con mucha fuerza lo estampó contra la pared, besándolo de forma abrupta y necesitada. La madera crujió por el impacto, haciendo que se quebrara un poco bajo su cuerpo. Mas eso no detuvo a ninguno de los dos. En el proceso ambas erecciones chocaron, mandando oleadas de placer y gruñidos de satisfacción por ambos lobos, quienes se mantenían en un enfrentamiento de lamidas y chupetones en sus labios, en las cuales ninguno de los dos quería ceder. Era como una guerra en la cual Jimin recorría ansioso su paladar, sin dejar que Jungkook dictara el ritmo. Sin previo aviso el alfa lo penetró por su resbalosa entrada. Saboreando la sensación de sentir como su enfínter lo apretaba con exquisita devoción. Como siempre había sido desde que lo tomó.
Afrodiasiáco
Era tan brusco como el alfa le apretaba sus caderas y manoseaba sus nalgas, que el gamma de Jimin rebozaba de alegría. Su parte animal estaba descubriendo que le encantaba el sexo duro. Entonces Jungkook comenzó a moverse de foma desenfrenada, aguantandole las piernas y creando un río de besos por todo su cuello hasta lamerle la marca.
《Mío, solo mío》Dictaminó el alfa demandante, con una voz de ultratumba que estremeció todo su cuerpo. Una que al principio a Jimin le había causado miedo, pero ahora lo hacía temblar de anticipación y pura adrenalina.
Sus grandes manos apretaron más sus glúteos, a medida que lo embestía sin descanso. Sin duda dejarían huella en su piel. Pensamiento que excitó al alfa en demasía. Jimin, por su parte se aguantaba con fuerza a su espalda. Arañándola con sus garras, las cuales habían salido como por arte de magia. El acto debería causarle una especie de quemazón insoportable a Jungkook, sin embargo solo podía sentir un placer infinito. El silencio abarrotándose con el dulce desastre de gemidos incontrolables, proveniente de la garganta de ambos lobos.
Las cuencas de Jimin ya eran enteramente azules, confirmando su metamorfósis. Poco a poco, Jungkook escondió sus garras intentando controlarse mas era imposible. Había estado todo el día ansioso por tenerlo. Él sabía que entraría en celo, mas nunca contó con que Jimin también caería al mismo tiempo. Su lobo cuando tomaba el control, era demasiado posesivo, demasiado aninal.
El lugar para colmo estaba impregnado de ese aroma dulzón. Aroma que había vuelto loco a varios lobos de su manada camino a su cabaña, y a los cuales; tuvo que controlar y expulsar del terreno. Tan solo de imaginarse a algun alfa poner sus manos sobre Jimin prendía la furia irrefenable de los celos cual polvora fresca en sus venas. Por suerte, no había tenido necesidad de dañarlos gravemente. Jamás Jungkook había tenido que controlarse tanto con nadie, como lo estaba haciendo con su Jimin.
