LA SORPRESA

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Mientras que, en la sala del director, había un caos, las varitas ya no funcionaban, al renunciar la líder, todas se volvieron de cómo estaban.

– ¿A qué se debe esto? – miro al profesor Viteli.

– Se debe a que no tiene portadores. – dijo sarcásticamente.

– Consiga otros y que sean de tercero. – señalo la puerta.

– No va a funcionar señor, según la leyenda, las varitas buscarán nuevos portadores en una década. – hizo una sonrisa cínica la profesora.

– Debe haber una forma. – tomo la varita líder.

El director alzo las varitas de cada uno, recito su transformación, las agito, las puso en pócimas, las hechizo, hizo malabares, pero no dio resultado, así que se rindió y salió de su oficina irritado, a la mañana siguiente las cosas no mejoraron.

Mientras que, para los chicos, la clase de lenguaje había dado comienzo, era hora del examen, la maestra Jones repartía las hojas del examen, la profesora le tenía cierto rencor a Alana, por el hecho de que se haya quedado dormida en su clase, según ella porque le puso en ridículo y le proporciono preguntas difíciles solo para ella.

– Maestra – alzo la mano y está la miro – estas preguntas son de tercero. – alegó Alana.

– No seas ridícula, a todos les toco las mismas preguntas. – alegó en defensa.

– No miento – miro a hoja y comenzó a leer en voz alta – ¿Qué es la cohesión y la cohesión en un texto y cómo se logran?, ¿Cómo influye el contexto histórico y social en la obra de un autor?, ¿Qué es la inter textualidad y cómo se utiliza en la literatura?, son preguntas de tercero, no me parece justo. – dijo seria.

Suspiró – pues para mí es de primero y tú debes hacerlo. – la miro con desagrado.

– Pero no me parece justo. – rechisto.

– Yo soy la maestra y yo diré que es lo que parece justo y tu examen es justo – le puso su dedo índice en los labios en señal de que se calle – solo haz el examen o te repruebo. – la miro seria.

Todos al ver la actitud de la maestra con la chica Lombardi quedaron estupefactos, no dijeron absolutamente nada, pero esta riña no duro mucho, algo invisible los vigilaba, después solo se escuchaban risas, se escuchaba en todos lados, parecía que se había infiltrado en la academia, de pronto una silueta femenina, totalmente roja y con un par de alas apareció en la clase B.

Suspira feliz – Sentí la tensión y vine lo más rápido que pude – se apareció en medio de las dos – pelea, pelea, pelea. – se sentó en la mesa.

– ¿Quién eres tú? – se puso en guardia la profesora.

– Oh – se bajó de la mesa – lamento mis modales, soy Dalila, el demonio de la seducción. – hizo que los papeles volaran.

– Aléjate de mis estudiantes. – le lanzo un hechizo de electricidad, pero ella lo reboto.

– No, eso no está bien, así no se trata a los invitados – la agarró del cuello y la alzo – eso es de mala educación. – la asfixia.

Alana se levantó y sin pensar dos veces uso su habilidad mágica y lanzo contra la pared a Dalila.

– Se encuentra bien maestra. – dijo preocupada, ofreció su mano para ayudar a levantarla.

Solo la miro con desagrado y se levantó sola.

– Hug, eso dolió – se soba la cabeza – ya verás mocosa. – le lanzo espinas de rosas.

De pronto los demás chicos ayudaron a que las espinas se regresen a donde Dalila, se dieron una mirada de complicidad, sabían que los tératas aparecerían en cualquier momento, así que, con un poco de polvo de tiza, Melissa le lanzo a los ojos dejando ciega a su oponente.

– Salgan todos – saco a todos del salón, incluyendo a la maestra – vámonos nosotros también, los profesores se harán cargo. – dijo Alana.

– Pero. – argumento Hanna

– Confíen en mí. – miro pícaramente.

Cambio el semblante de su rostro a uno preocupado – disfraces no, eso sí que no, yo paso. – camino hacia atrás, alejándose.

– Hermanito, ven no te haré daño. – mirada aterradora.

– Auxilio. – todo se volvió obscuro.

Alana había propuesto la idea de ocultar su identidad para poder luchar, así que, desde que entro a hacer líder, ella había intuido que eso pasaría, y preparo unos disfraces que quedaban compactados y eran difíciles de romper.

Todos usaron sus disfraces, los chicos usaban trajes y un antifaz, las chicas también el mismo diseño de traje, también el antifaz, tenían capas incluidas, ahora todos saltaron por la ventana y vieron una escena de caos, tératas por todos lados, los maestros estaban luchando, se veían acorralados, no había señal del director, Dalila estaba en la cima, su objetivo era ella, entonces hicieron una entrada épica, para hacer saber su llegada, la profesora Bell y el profesor Viteli obvio se dieron cuenta.

Una ráfaga de viento mando a volar a los tératas, la pelea empezó, acabando rápidamente con estos, con golpes certeros y algo de magia, justo había más alumnos que estaban siendo acorralados, Alana y Adrián fueron a su rescate, eran Drake, Danna y Blade, con varios golpes mandaron a volar a los tératas que los acorralaban, mientras que, Melissa, Hanna y Damián ayudaban a los alumnos más pequeños, cada roce cada movimiento presentado, los demás alumnos los veían en cámara lenta, una sensación de admiración, después de unos minutos, todos los tératas habían caído, ahora era Dalila y los hechiceros frente a frente.

Se paró – Vaya, veo que lograron terminar con mis bebés – aplaude – unos niños, wou, me sorprenden.

– ¿Qué planeas hacer? – miro con furia Hanna.

– Matarlos a todos, graben esto alzo la voz – SI LOS HECHICEROS NO ME ENTREGAN SUS VARITAS, MATARE A TODA LA GENTE DE LA ACADEMIA.

Los estudiantes empezaron a murmurar, "no queremos morir" "donde están" 

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⏰ Última actualización: Jun 13 ⏰

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