Lewis Hamilton, piloto profesional de Fórmula 1. Siete veces campeón del mundo, un corredor nato que ha superado cualquier adversidad que se le presentó. Enfocado en él, su carrera y futuro pero eso no durará demasiado en cuanto se cruce con un par...
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Lewis
Masajeó mi sien y posteriormente repito la acción con mi cuello mientras caminó por los pasillos iluminados. Creo que me he contracturado, en estos momentos es cuándo me hace falta Angela.
Después de semanas trabajando en las mejoras, habíamos logrado concluir con todos los inconvenientes que habían surgido de último momento. La situación con el alerón delantero se resolvió, asegurando con éxito un funcionamiento óptimo para la carga aerodinámica. Al igual que el conducto de freno.
Había sido un dolor en el culo pero finalmente todo el equipo, a partir de hoy éramos libres por el resto de las vacaciones de invierno. Todo había quedado completamente ordenado, almacenado y resguardo en espera de la siguiente temporada.
El ambiente en el garage era de una calma apaciguadora después de todo el caos que había reinado. Finalmente se podía respirar paz, muchos ingenieros se despidieron cada que guardaban su equipo de trabajo y partían a casa para estar junto a sus familias.
Toto no era la excepción, quién estaba terminando de guardar su última documentación en su elegante portafolio marrón.
Me recargue en el marco de la puerta, antes de tocar la puerta con mis nudillos. -¿Listo para ir a casa? -Toto levantó la vista y cerró su portafolio.
-Si. Susie está esperándome en el hotel junto a Jack no pueden esperar a volver a casa para navidad -sonreí ante su comentario. A pesar del cansancio evidente en su semblante se podía apreciar el brillo de entusiasmo en sus ojos.
-¿Qué hay de tí? -preguntó pocos minutos después recogiendo su abrigo junto al portafolio dirigiéndose a la salida.
-Mmh -me encogí de hombros-. Estar con la familia en Londres. Nada diferente este año. -Evite sonreír al pensar en el viaje a Suiza para año nuevo.
-Me alegra que la pases en familia, saludame a Anthony debería venir con mayor frecuencia la siguiente temporada. -su tono sugerente fue más que evidente, lo cual no era de extrañar. Mi padre Anthony Hamilton y Toto Wolff se conocían prácticamente desde hacía una década siendo más exactos desde mis inicios en la Fórmula uno.
Mi padre había sido por un largo tiempo mi representante, prácticamente desde que era un niño. Fue mi acompañante durante todo mi recorrido hasta ser el deportista profesional que soy hoy en día. Le debía bastante y toda mi vida estaría agradecido con él. De hecho, no sólo él; también mi madrastra Linda fue un soporte importante en todo esto y por supuesto mi otra mamá, Carmen.
En aquel momento, le sorprendió mi decisión de que era mejor que tomáramos caminos separados. Sin embargo, tras reflexionar, entendí que era la mejor manera de evitar los conflictos de intereses que habían surgido entre nosotros. Aunque al principio no fue fácil asimilarlo, finalmente comprendió mis motivos y no tuvo objeciones, mostrando respeto por la elección que tomé.
