Lewis Hamilton, piloto profesional de Fórmula 1. Siete veces campeón del mundo, un corredor nato que ha superado cualquier adversidad que se le presentó. Enfocado en él, su carrera y futuro pero eso no durará demasiado en cuanto se cruce con un par...
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Dayan
Dos horas después del magnífico choque y que les costará a cada equipo su lugar en el podio. Nos encontramos en la rueda de prensa realizada por la F1. Al parecer el accidente había sido lo suficiente caótico. Cuándo ambos pilotos se tocaron por un instante para terminar estrellados en el muro de contención. De alguna manera ninguno de los dos sufrieron daños graves.
No sé puede decir lo mismo de los automóviles de carreras, los daños fueron significativos. Por lo tanto cada escudería se tomará el tiempo necesario para arreglar los daños causados en el accidente.
El ambiente en la habitación es tenso. Si bien, no sé iguala al choque que se apreció en vivo, se percibe como una neblina densa. No me corresponde estar aquí, no es parte de mi trabajo. Más sin embargo, después del accidente, y hablar con Max accedí a su petición de acompañarlo.
Desde su perspectiva, mi presencia le ayuda a contenerse con sus respuestas. Me imagino que prefiere evitar un conflicto en este momento y en base a las grabaciones fue un error de ambos pilotos. La FIA anunció que será investigada la situación para posteriormente dictar una sentencia respectiva al accidente.
Está de más decir que ambos equipos perdieron puntos para el Campeonato de Constructores.
Me encuentro en una esquina apoyada contra la pared de brazos cruzados. Cómo ya dije, la tensión es pesada en este momento. Mi hermano aprieta la mandíbula en cuánto los periodistas mandan preguntas maliciosas hacia Lewis.
Ambos pilotos han cambiado sus ajustados trajes de carreras, por las poleras de sus propias escuderías.
La postura de ambos es rígida, me atrevo a decir que no soportan estar en la misma habitación en este momento.
—Fue un desafortunado y estúpido accidente que no debió ocurrir. Lamentablemente lo hecho, hecho está. Es una situación de mierda que en definitiva —se cruza de brazos, resaltando sus bíceps llenos de tatuajes-, podríamos habernos ahorrado.
Max se endereza en su asiento, visiblemente incómodo mientras aprieta la mandíbula. Puedo apostar a qué se está mordiendo la lengua para no soltar nada fuera de lugar.
—¿Estás apenado por lo ocurrido hoy en la pista Verstappen?
El rubio se contiene a soltar una risa irónica. En cambio se limita a dar un intento de sonrisa cerrada.
—No. Fue un accidente provocado por las circunstancias. Ambos nos vemos involucrados en esto como es obvio. —toma aire— Es un resultado lamentable, sin duda para el equipo de carreras.
