El amor que dejaste atrás.

Capitulo 1

Capítulo 1

"Mis recuerdos"

Dicen que las mejores cosas llegan cuando menos te lo esperas, llegan a tiempo, llegan cuando tienen que llegar, etcétera. Bueno, pues esta vez puedo asegurar que... llegaron bastante tarde.

Aquí estoy, 2 de Noviembre del 2005, el día de muertos en México, todas las calles se llenan de casas del terror, las personas se pintan la cara de blanco y negro, en su mayoría como catrinas, mientras hacen ofrendas para sus difuntos seres queridos. Aunque también, es el día de mi cumpleaños. Este año está lloviendo, algo muy raro en esta temporada. Sin embargo, mi casa es cerrada con paredes amarillas y no tiene muchas ventanas, por lo que la luz y sonidos del exterior no me frecuentan a menudo. Me encuentro sentado frente al comedor hecho de un hermoso mármol color ámbar, y mi única compañía son dos lámparas colgando del techo, una televisión que jamás fue encendida puesto que nunca conecté la antena a ella, puesta sobre una de las únicas tres sillas del comedor, arrumbada con demasiado polvo en una esquina, y una horrible sensación de vacío dentro de mí, al haberlo perdido todo.

No hay luz eléctrica en la casa, y aunque solo son las seis de la tarde, estoy en la completa penumbra debido a mi carencia de ventanas, iluminado únicamente por una sola vela sobre un pastel que yo mismo compré, chocolate negro con varios trozos de más chocolate sobre él. Mantengo la mirada sobre la vela, observando detenidamente como se consume y se desbarata, de la misma manera que mi cuerpo lo hará en poco tiempo. Mantengo mis manos en la cabeza, cubriendo mis oídos del ruidoso y enloquecedor silencio que produce tan abrumadora soledad, esperando y deseando el inminente fin, del día, de la vela o de mi vida, lo que sea que llegue primero. Mientras, me pongo a pensar en eso que me marcó toda la vida...

Una historia comienza cuando empiezas a recordar, y yo, en mi joven vida, estoy solo, deprimido, desesperanzado, diagnosticado con un doloroso e infernal cáncer de pulmón, que posiblemente para éste día ya habrá alcanzado muchos más órganos, y con un mes de vida restante. Al menos, eso fue lo que me dijeron los doctores exactamente hace un mes.

Aún puedo recordar bastantes cosas, pero mis memorias son numerosas y exageradas, así como incompletas y borrosas. Esto generalmente pasa cuando estás enamorado, triste, feliz o deprimido. Pasa que no puedes recordar bien, cada escenario se vuelve un producto de tu imaginación, tan diferente y único a la vez, todo dependiendo la manera en la que viviste, experimentaste y sentiste esos mágicos, y a la vez, trágicos momentos. Y ahora, lo único que soy capaz de recordar con claridad es, una decisión. Una decisión que cambió mi vida y probablemente la de alguien más, una buena y altruista decisión, algo que debió haber comenzado y terminado, más sin embargo no lo hizo.

Muchos me han dicho que lo que hice fue la verdadera definición de amor, otros que fue lo mejor, aunque ciertamente no funcionó del todo para mí.

Dejar ir podría sonar tan difícil, pero para otros es simplemente un acto de amor, un acto que tiene que ser porque sabes que no puedes lastimar a alguien que quieres, crees saber que esa persona estará mejor sin ti, y repito, solo lo crees. Porque en realidad, yo jamás lo sabré...

En fin, creo que para darme a explicar necesitaré contar la historia del amor que dejé atrás. Aunque, debo ser sincero, esta historia podría considerarse irreal y tal vez pueda parecer confusa pues nunca sabré explicar exactamente qué fue lo que pasó. Sin embargo, éste es posiblemente mi último día con vida, según los médicos, y antes de salir de este infernal cumpleaños a disfrutar mis últimas inhalaciones afuera, deseo recordar desde el principio aquel momento que, como una llama a una hoja, me prendió en fuego y me hizo brillar tan intensamente que inevitablemente terminó por quemarse. Entonces, yo me volví simple polvo que seguía en movimiento por el viento que no dejaba de soplar.