Capítulo 10

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Al día siguiente, todo se volvió un poco confuso, recuerdo que ese día soñé que salía con Zoe y todo comenzaba a parecerme muy ameno, su compañía sobre todo, pues además la compañía era lo que me venía bien tras tanto olvido y soledad que experimentaba todos los días desde que desperté. Es decir, mis seres más queridos habían desaparecido de mi vida, y tal vez su cariño y ganas de ayudarme fueron los aspectos que me hicieron tenerla en mi mente, pero aun así, eso era confuso, porque desde que había despertado no podía recordar mis sueños, pues en general todos eran sobre Julie, y en ocasiones despertar de un sueño donde tienes lo que quieres, mirar a tu lado de la cama y ver que nada de lo que soñaste es cierto, bueno, eso duele. Por lo tanto, consideraba más apropiado el no tratar de recordar mis sueños y así los olvidaría ese mismo día.

En fin, desperté y como era lo usual me bañé y me vestí, sólo que esta vez, me preocupé un poco más por mi apariencia, tal vez no fue porque saldría con Zoe, pero sí porque sería un lugar más público donde no podría vestir harapos. Después, la llamé y quedé de pasar a su casa pues de ahí partiríamos al cine que se ubicaba a tan sólo unos minutos de ahí.

Durante el camino, todo me parecía raro, pues generalmente no guardábamos tanto silencio cuando estábamos juntos, pero teníamos que planear de dónde podríamos obtener información sobre Julie, así que el silencio debía ser quebrantado.

—Odio interrumpir esta profunda plática interna, pero creo que deberíamos planear con quién acudir para averiguar lo que sea sobre Julie —enuncié mientras ella me veía con encanto.

—Bueno —dudó por un segundo—. Está bien, ¿recuerdas la última vez que vinieron?

—Eso creo, es que hay cosas que no recuerdo del todo bien —continué haciendo un esfuerzo para recordar tocándome los ojos con la palma de ambas manos—. Veamos... no recuerdo la película pero ese día estuvimos jugando con las máquinas de baile, aquellas donde debes de seguir las instrucciones, o más bien los pasos que va marcando la pantalla. Por cierto, esa vez ella me ganó, o bueno la dejé ganar, pues me encantaba verla sonreír.

—¿Cómo es que no recuerdas la película que vieron?

—No lo sé, tal vez no fue tan importante como su compañía para mí.

—Trata de hacer memoria, si recordases la película sabríamos el día que viniste aproximadamente y buscaríamos información con los trabajadores de aquí.

—No puedo recordar nada sobre eso —dije torciendo la boca con desilusión.

Poco después, nos acercamos a varios de los empleados discretamente para observar si existía algún recuerdo que yo pudiese tener de alguien. Pero lamentablemente no podía reconocer a nadie.

—Ian—expresó Zoe mientras yo trataba de recordar a alguna persona conocida.

—¿Estás seguro que éste es el cine al que venían más seguido?

—Sí —contesté con seguridad.

—¿Y es éste el cine al que vinieron la última vez, cuando jugaron con las máquinas de baile?

—Así es —respondí sin comprender la finalidad de sus preguntas.

—Ian, no hay ninguna máquina de baile en éste cine.

Me impacté un poco por la afirmación que había realizado Julie, pues yo estaba seguro de aquel recuerdo que le conté a Zoe.

—No puede ser, tal vez la han movido de lugar.

El amor que dejaste atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora