CAPÍTULO 23

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¿Qué era ese sonido?

Abrí un ojo y a mi lado mi móvil no paraba de vibrar. Me estaba poniendo de los nervios.
Encendí mi móvil y me encontré con miles de llamadas y mensajes de Ki.

Me levanté de mi cama y al mirar por la ventana vi que era de noche. ¿Cuánto había dormido? 

Rafe se había ido hace rato y me fui a echarme una siesta para evitar pensar en cualquier cosa. Parecía que llevaba durmiendo más de cuatro horas.

Cogí mi móvil y mis llaves y salí de casa medio dormida.

—¿Estabas durmiendo?— me pregunto Ki desde su coche.

—Si.

—Tenemos que ir a casa de John B a seguir con el plan— me informó Pope.

—¿Están todos ahí?— pregunté mientras me sentaba en los asientos traseros.

—No. John B vendrá mañana un poco tarde, ha quedado con Ward para pescar y JJ no sabemos dónde está— Siguió explicándome Pope.

Asentí con la cabeza. Seguí un poco dormida, la cabeza no me daba para más.

Antes de alejarnos de mi casa, me fijé que el coche de mi padre no estaba. Después me recrimina cuando no pasó por casa.

Apoyé mi cabeza en la ventanilla y me sumergí en mi mundo. Cuando llegamos a casa de John B, Ki y Pope estaban hablando de algo que no entendía, llevaba todo el trayecto sin prestarles atención.

—Hay que acabar antes de mí entrevistas para la beca— aviso Pope.

—Si, tranquilo— contestó Ki con tono calada.

—Ya, todo saldrá bien— se autoconvencio Pope— John B y JJ estarán bajo el pozo y Tessa, Sarah y tú estaréis fuera transportando el oro.

—Ya lo tenéis todo pensado— comente saliendo del coche.

—Tengo un cabestrante y en ese bidón caben unos ciento treinta kilos— explicó Pope.

—Joder, ¿de donde has sacado eso?— pregunté anonadada.

—Mi padre— Respondió Pope.

—Gracias— Soltó Ki de la nada.

—¿Por qué?— preguntó Pope confuso.

—Por obligarnos a hacer las paces— confesó ella.

Sentí que necesitaban un poco de intimidad, así que me alejé un poco de ellos y fingí estar mirando al móvil.

—¿Cómo sabes que fui yo?

Estaba claro que Pope tenía algo que ver.

Desde lejos vi como se sonreían mutuamente y me parecieron muy tiernos. Sin embargo, unas luces que se encendieron así por así les estropeo el momento bonito.

Se empezó a escuchar un motor y todos nos miramos entre nosotros. ¿Quién estaba ahí?

—¿Quien coño es?— inquirio Ki.

Seguimos el rastro de luces y llegamos hasta el jardín de John B. En él había un jacuzzi y dentro estaba JJ con unas gafas de sol, champán y flotadores.

—¿Qué has hecho JJ?— preguntó Pope temiéndose lo peor.

—Tengo un chorro apuntandome directo al culo— respondió borracho.

Todos le miramos con pena. No parecía estar bien.

—Ya os podéis meter inmediatamente— nos ordenó llenando una copa de champán— ¡Salud!

REFUGIO - OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora