CAPÍTULO 8

46 2 0
                                    

Dos horas antes....

TESS

Sarah y yo acabábamos de llegar al puerto de su casa. Nos mantuvimos calladas todo el trayecto, Sarah estaba sumisa en sus pensamientos.

Se bajó del bote y yo la seguí por el muelle. Andaba con pasos decididos o eso es lo que creía antes de que se diera la vuelta.

-No puedo, no puedo...

Le agarré de los hombros haciendo que se quedase quieta y que me mirase.

-¿Qué pasa?

-No se si estoy preparada, Tess. Volver a verle será muy duro.

-Tienes que intentarlo, además ya estamos aquí y yo estoy contigo.

Me abrazó fuertemente y siguió su camino conmigo detrás.

-Espera- sentencie haciendo que Sarah parara en seco- Quedamos en el muelle de mi casa. Si ves que no llegó o estoy tardando mucho, no te asustes. Será porque mis padres se pondrán tan pesados que no podré irme.

-Vale, pero por si las moscas te esperaré. Al menos durante un tiempo.

Dicho eso, volvimos a caminar. Nos encontramos a Ward Cameron en el jardín. En el instante que cruzó miradas con Sarah, vino corriendo.

-¡Sarah, hija! ¡Qué bien que estés aquí!- dijo con entusiasmo.

-Atrás, no te acerques- Sarah utilizó un tono imponente.

-Lo siento, es que estoy tan contento de que estés aquí.

-¿Quieres que me quede?- le pregunté a Sarah en un susurro.

-No, tranquila.

Pase por el lado de Ward echándole una mirada acusatoria y nada amigable.

Puesto que la casa de Sarah estaba a pocos metros de la mía, ande un poco lenta para ganar tiempo y así saber qué decir. De hecho, di una vuelta tonta por las casas y cogí el camino más largo.

-Se que me vais a matar y no os culpo, pero tenéis que entender que soy una chica... no una adolescente... no una mujer- Corregi por tercera vez. Intentaba repasar lo qué tenía pensado decirles, tenía que sonar convincente y no quería sonar como una niña con las hormonas revolucionadas- Tenéis que entender que todo lo que he hecho no era un capricho, ni mucho menos por culpa de mis amigos Pogues, sino por...

-¿Ahora hablas sola? Sabía que estabas loca, pero no tanto- escuche decir una voz detrás de mí.

Me di la vuelta un poco molesta por el comentario, sin embargo eso desapareció cuando vi a Axel.

-Si no sería por que me alegro de verte, te daría un puñetazo- le avise medio en broma.

Vino hasta mí y me cogió de los brazos e hizo que girara como una peonza en el sitio

-¿Por qué haces esto?

-Estoy asegurándome que todas tu extremidades están bien- respondió ya quieto.

-Ya te lo digo yo, estoy bien.

-¿Qué haces por aquí?

-Me pregunto lo mismo que tú.

-Yo vivo por aquí cerca. ¿Te acuerdas?

-Si. Yo vivo justo ahí- dije señalando a la casa que se veía a lo lejos- Ya lo sabes.

-Si, conocer a tu padre sin duda fue una experiencia... inolvidable.

A Axel le llegó un mensaje. Me miró y después contestó rápidamente.

REFUGIO - OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora