CAPÍTULO 10

13 0 0
                                    

TESS

Todavía teníamos una oportunidad de sacar a John B de la cárcel. Resulta que la Sra. Limbrey buscaba una llave, que tenía escondida la difunta abuela de Pope, y a cambio nos iba a dar pruebas para desincriminar a nuestro amigo.

Llevaba varios minutos tumbada boca arriba mirando al techo del Sateur sumisa en mis pensamientos. No todo fueron buenas noticias, me acosté con un sabor agridulce. No estaba preparada para hablar con JJ, me sentía realmente mal.

Me acabé levantando solo porque tenía hambre. Rebusque por todos los cajones y armarios que había en la cocina, no obstante se me olvidaba que en esa casa nunca había comida comestible.

Escuche la puerta abrirse, cosa que me hizo sobresaltarme. Por un momento dudé en si darme la vuelta, por si me encontraba a un JJ con mal genio.

—No vas a encontrar nada.— me aviso Ki.

Me dejé caer en el sofá. Ahora si que no me iba a levantar.

—¿Alguna novedad de Sarah?

—No, sigue desaparecida. —contestó ella sentándose a mi lado.—¿Te vas a quedar aquí encerrada?

—¿Qué otra opción tengo? No hay comida y hay alguien que no quiere ni verme.

—Primero date una ducha y sal a la calle, tienes que respirar un poco de aire fresco.

—¿Me dejas ropa? No tengo nada aquí.

—Al final mudarme aquí no será tan malo.

—Te llevaría a mi casa, pero yo no quiero ni pisarla.

—No te preocupes, al menos aquí no nos pueden decir nada.

—Y si nos llegan a decir algo seguiremos sin hacerles caso.

—Pues sí.— dijo Ki sonriente.

—Voy a la ducha y a quitarme esta ropa, empiezo a dar asco.

Cogí unos pantalones vaqueros largos y una camiseta beige básica de entre la ropa de Ki. Menos mal que teníamos los generadores, así podía darme una ducha con agua caliente. Por fin me sentía limpia.

Cuando salí ya vestida y pareciendo un ser humano y civilizado, me encontré a Ki esperándome donde la había dejado.

—No quiero salir.— le confesé.

—¿Por qué?

—Por JJ.— me tiré en el sofá como antes.

—A veces exagera un poco y ayer hizo una gilipollez como una casa, sin embargo por una vez tiene algo de razón.

—Lo se.— cogí un cojín y hundí la cabeza en el.

—¿Qué pasó?— Ki me quitó el cojín y me obligó a incorporarme.

—Todos os fuisteis y me quedé sola. No podía hacer nada para ayudar a John B. Axel me invitó a su casa y acepté, aunque no pensaba estar toda la tarde, solo un rato.— aclare al ver como su sonrisa se ensanchaba en su rostro— Al principio me vino bien, me ayudó a no pensar en toda la mierda que nos rodea constantemente, pero todo se complicó por ese beso.

—¿No te gustó?

—No sentí nada. Pensaba que sentía algo por Axel, en fin es buena persona, se preocupa por mi, estoy agusto con él… pero fue como besar a una pared… o como besar a Pope.

—No pasa nada si no sentiste nada. Por lo menos sabes que le quieres como a un amigo, estaría bien que se lo dijeras.

—Si, tendré que quedar con él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 13 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

REFUGIO - OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora