Pasar tiempo con Jungwon estaba empezando a convertirse en un hábito. Uno que no tenía intención de romper. Jay se apoyó en el respaldo de la silla de su oficina y deslizó su dedo por encima del cuenco que Jungwon le había regalado en Navidad. Estaba en un lugar predominante en el aparador detrás de su escritorio. Varios pacientes le habían preguntado dónde podían conseguir uno igual.
-En ninguna parte - les decía- es único.
Simplemente como Jungwon, sonrió recordando el día que Jungwon se había pasado por su oficina. Era dos días antes de Navidad y estaba intentando conseguir dejar todo organizado para regresar a Seattle y ver a su familia.
Un golpe en la puerta lo sorprendió.
-Entre.
Jungwon abrió la puerta.
-Eh, traje algo para ti -dijo Jungwon mientras se daba la vuelta y cogía un gran paquete del suelo. Bellamente envuelto en papel blanco con un precioso lazo verde esmeralda rizado.
-Estupendo ¿Es para mí?
-Para nadie más -contestó Jungwon sonriendo, mientras ponía el regalo en el centro de su escritorio-. Sé que mañana por la mañana estarás volando. Y pensé en traérmelo.
Jay tocó la cinta de seda.
-Yo había planeado darte tu regalo esta noche cuando Jeongin y tú vinieran a cenar.
-Ábrelo.
A Jungwon se le veía tal emoción en la cara que Jay se había reído entre dientes. Había visto a personas así de felices al recibir un regalo, pero nunca dando uno.
Desatando el lazo, Jay se tomó su tiempo para doblarlo y guardarlo en su bolsillo. Jungwon rodó sus ojos e hizo señas para que se diera prisa y llegara a la parte buena. En un esfuerzo por hacer feliz a Jungwon, rasgó el papel blanco. Dentro había un gran cuenco poco profundo.
-¿Tú hiciste esto? -preguntó con reverencia. Los colores degradados de azul lo aturdieron tanto como la lisa superficie de cristal.
-SÍ lo hice -dijo, pareciendo muy orgulloso de sí mismo.
Jay recogió el cuenco y lo estudió por todos los ángulos.
-¿Cómo? ¿Dónde?
-Fui al Departamento de Arte y hablé con el profesor sobre probar algo en las clases de alfarería en el nivel más bajo. Me pidió que demostrara lo que yo podía hacer y después de una semana de trabajar con él, éste es el resultado. Él Profesor Byun se quedó muy impresionado, me dijo en un año o dos estaría feliz de tenerme como ayudante para dar algunas clases. Pienso que va a hablar con el Decano sobre conseguirme algunas clases más -dijo emocionado.
Posando el tazón, Jay extendió la mano y tiró de Jungwon hacia sus brazos.
-Me encanta. Nunca podrás darme un regalo mejor -apretó a Jungwon con fuerza contra su pecho, queriendo, desesperadamente darle un beso, pero ambos se habían refrenado muy bien desde esa noche en la cabaña.
En cambio, besó la coronilla de la cabeza de Jungwon cuando él miró fijamente al cuenco en su escritorio. Sabiendo que las manos apretadas contra su trasero podrían crear algo tan bonito, supo que todo el gasto y preocupación que había tenido por el regalo de Jungwon merecía la pena. Él no podía esperar a ver la cara de Jungwon cuando él y Jeongin le mostraran el garaje de la casa de Jay. Ellos habían preparado un completo mini-taller de alfarería eléctrica para él, era de segunda mano, la rueda la había encontrado en Internet. Había estantes para el secado y una olla de glaseado. Más adelante, podrían permitirse el lujo de comprar el horno, pero para esto habría que esperar. Seguramente lo podría tener para marzo que era el cumpleaños de Jungwon.
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𝑭𝒐𝒓𝒃𝒊𝒅𝒅𝒆𝒏 𝑭𝒓𝒆𝒔𝒉𝒎𝒂𝒏 || ✧ ᴊᴀʏᴡᴏɴ ✧
Fanfic✰ ‹ ࣪˖♡ . ° ʾ ִֶ ¿Qué haces si ves a un hombre tan bonito que te deja sin respiración? ¿Qué haces si ese hombre es dicisiete años más joven que tú? ¿Qué haces cuándo ese hombre es el...