04

81 9 11
                                    

★ᴇʟ ᴅɪꜱᴘᴀʀᴀᴅᴏʀ★

German despertó a mitad de la noche, sobresaltado.

Odiaba cambiar de lugar con otros Alters porque nunca sabría cuándo iba a volver a tener el control de su vida, había muchas veces en los cuales días enteros había perdido, o su peor momento: cuando despertó para saber que habían pasado tres semanas de su último recuerdo.

Al ver el reloj en su celular vió que eran las tres y siete de la madrugada, del día siguiente.

Suspiró con algo de alivio, no había pasado mucho.

Se volteó y vio a Santiago durmiendo, en su cama, a un metro de la suya.

Recordó lo tierno que había sido el chico, atento, incluso cuando le había rogado que se alejara, Santiago sólo quería hacerle bien y lo sabía, por más que odiaba cambiar de lugar, se había sentido tan bien abrazarlo mientras el mundo real se alejaba de su percepción.

Sonrió de forma honesta sintiendo un calorcito agradable en su pecho.

Se levantó de la cama sin hacer mucho ruido, tenía algo de hambre, y fue hacia la cocina, encontró una nota sobre la mesa.

<<< Hola, German, o Ger, estoy seguro que será alguno de ustedes dos quien lea esto.

Mockin no quiso cenar mucho, esto es por si despiertas con hambre.

Espero que te sientas mejor ♡>>

Sonrió como un tonto, sus mejillas se colorearon de rojo, miró el pote de ramen instantáneo, y el pequeño chocolate, junto a él un par de palillos descansaban a un lado.

- Voy a tener que agradecerle por esto.

Calentó agua y esperó hasta que está hirvió, preparó el ramen con cuidado, al rato estaba comiendo mientras revisaba su celular.

Se le ocurrió revisar sus notas, lugar que solían usar sus Alters para dejarle mensajes.

"El molesto está afuera, que se quede afuera" -
Ger.

German rodó los ojos con fastidio, Ger se había enojado porque tenía que lidiar con Gema.

"Es agradable" - Mockin.

Sonrió, Mockin era de muy pocas palabras, a demás de serlo literalmente, casi nunca escribía porque no era de comunicarse mucho.

Normalmente, Mockin sólo se quedaba medio cerca, viendo lo que hacía de vez en cuando, pero no hacia nada más, cuando tomaba el control era cuando la situación estaba tensa o muy incómoda, más que nada cuando se trataba del contacto físico.

Era un protector sexual, pero su labor se extendía a otras situaciones a parte del sexo. Siempre que alguien tuviera un poco de más contacto con él, como cuando lo abrazaban pero no se sentía seguro, llegaba incluso a aparecer cuando el médico tenía que tocar su cuerpo para ver su estado físico, era un poco muy exagerado.

Terminó el ramen y tiró el pote a la basura, junto con los palillos descartables, fue a comer el chocolate y tomó una botella de agua del refrigerador.

Se sintió tonto, porque seguía pensando en Santiago Zahn, en verdad pensó mucho rato en él, incluso cuando se recostó de nuevo, y volvió a dormirse.

Por la mañana se despertó bastante después que Santutu, y el mayor se encontraba en el comedor leyendo un par de fotocopias y resaltando lo más importante, su cabello estaba húmedo por un baño reciente.

- Buenos días - murmuró, con una pequeña sonrisa.

- Buenos días, Gerchu, ¿Dormiste bien?

- Sip-dijo, y comenzó a hacerce un té-. Gracias por la comida.

 「𝑇ℎ𝑒 𝐴𝑙𝑡𝑒𝑟𝑠」𝘴𝘢𝘯𝘵𝘶𝘵𝘶 𝘺 𝘶𝘯𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora