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★ ꜱᴏꜱ ᴜɴ ᴄᴜᴀʟǫᴜɪᴇʀᴀ ★


En menos de media hora había pasado tantas cosas que sentía que moriría

. Le habían dado un muy buen golpe en medio de la cara

. Le habían dicho acusaciones horribles del chico que le gusta

. Habia llorado, varías veces

. Ger se confesó por él

. Santiago lo había consolado muy bonito y luego besado

Era demasiada información en tan poco tiempo, la cabeza ya le empezaba a dar vueltas como calesita, y con todos los cambios que tuvo de forma rápida, sentía una gran presión sobre su frente y nuca. Pero lo dejó pasar, ésta sensación de mareo al no controlar los cambios ya se me hacía una gran costumbre

– Bien, vamos a ponerte hielo en ese golpe antes de que empeore.

Santi lo guió como si fuera un niño pequeño perdido, le preparó su té y le dejó su cupcake de chocolate a un lado.

– Es la segunda vez que me preparas la merienda y tengo unas acelgas congeladas en la cara - dijo el de rulos, hablando por primera vez en mucho rato.

– También son las mismas acelgas de la última vez, tendríamos comer más verdura.

– Son congeladas, duran como un año o hasta mucho más, cuando no tengamos otra cosa más que comer allí estarán.

Las dejó a un lado para dar un par de sorbos a su té de manzana, no manzanilla, y canela.

– Gracias - murmuró -, Por tratarme tan bien y por... Todo. No sé cómo haces para estar tranquilo y hacer que me tranquilice.

– Bueno... Estudio para eso - se encogió de hombros

– Y No estaba nada tranquilo, pensé que en cualquier momento se iba a spawnear Ger y me dejaba la cara en dos - El otro río un poco por su exageración, no podía creer que cualquier cosa que diga lo enamoraba más

– Aah, no, tranqui con eso. Tenemos una regla de si hay algún problema, o conflicto, cada uno tiene que arreglarlo por su parte, puede pedir consejos y eso pero... En este caso yo estaba mal y enojado por algo estúpido y yo tenía que calmarme - volvió a colocarse las acelgas congeladas sobre su ojo hinchado-. Y los otros estaban cansados de que molestara con que me gustas y también, tenía que confesarme ya, pero no quería.

Santiago asintió, esperando que el siguiera hablando.

– Tenía miedo - dijo, bajo.

Con esa frase, Tutu pensó automáticamente en Gema.

– Gerchu, en la noche Gema se despertó a buscar algo y cortarse - dijo -. Le dije que no les diría nada, así que no lo molestes. - German abrió sus ojos ampliamente, y de inmediato se fijó en sus antebrazos, pero estos estaban en perfecto estado.

– Lo encontré antes de que pudiera hacer algo, lo llevé al cuarto y se volvió a dormir con el peluche de pingüino - finalizó el mayor, mientras el castaño acomodaba sus mangas de nuevo.

– ¿No hizo nada?

– Nop.

– Bueno... Eso me explica de por qué desperté con el peluche, pensé que había sido Uni - fue a dejar las acelgas en la heladera de nuevo, para luego terminar con su merienda –. ¿En serio no hizo nada?

Zahn negó.

– Es un buen chico, sólo está un poco pedido, no sabe lo que hace.

German no dijo nada al respecto, después de un momento sonrió.

– ¿Te has hecho amigo de todos, no? Sin que yo tenga idea ya nos conociste a los cinco.

– Ellos aparecieron sólos, y como su compañero de cuarto debo presentarme - dijo, con una sonrisa bonita – Los cinco son muy agradables, menos Ger.

– Date un tiro en la frente.

No pudo evitar reir, German se sentía algo avergonzado.

A lo largo de su vida había tenido que disculparse muchas veces por comentarios medios agresivos que Ger solía dedicarle a gente que no le agradaba, que solía ser gran parte de la humanidad.

Estaba bastante agradecido de que no tenía que corregirse o disculparse, ya que Santu ya lo conocía, se sentía más relajado, más libre.

– Gracias por cuidarnos - dijo, con una leve sonrisa - A todos.

– Lo decís como si fuera un gran esfuerzo - dijo el mayor -  Hago lo que cualquiera haría.

– No ꜱᴏꜱ ᴜɴ ᴄᴜᴀʟǫᴜɪᴇʀᴀ, Santiago.

– Soy el cualquiera que te gusta, te trae loco y enamorado- sonrió ampliamente y le giñó un ojo molestandolo.

– Sos un re tarado - dijo poniéndose rojo. –, y eso no lo dice Ger - finalizó, antes de levantarse de la mesa.

– Y así de tarado te gustó - volvió a joderlo mientras veia como se iba a su habitación con la cara hecha un tomate

- Callate porque el que va a terminar con acelgas congeladas en la cara no voy a ser yo de nuevo - comentó German divertido mientras que su compañero lo seguía hasta la habitación de ambos

- Era un chiste lindo - el estudiante de psicología lo abrazo por la cintura y lo dio vuelta, dejó un suave beso, un poco más largo que el anterior, German lo aceptó gustoso y dió un leve quejido cuando se terminó – Amo cuando te pones así de rojito, sos como una frutillita nerviosa -

– Te odio sabías? -

– Yo sé que me amas - le dió una sonrisa de lado y lo dejó en la habitación para ponerse a estudiar sobre el próximo parcial

Germán estaba más que confundido, pero ese beso le había encantado y quería otro más, solo que la vergüenza le ganaba y no pensaba darle otro por su cuenta, lo malo en todo esto, es que sabía que Santiago no le daría otro beso tan así por Mockin

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ʀʀᴇᴇ ᴄᴏʀᴛɪᴛᴏ, ǫᴜᴇ ʜɪᴊᴀ ᴅᴇ ᴘᴜᴛᴀ

ɴᴀᴅᴀ, ʟᴏꜱ ᴀᴍᴏ, ɢʀᴀᴄɪᴀꜱ ᴘᴏʀ ʟᴇᴇʀ ̤̮

 「𝑇ℎ𝑒 𝐴𝑙𝑡𝑒𝑟𝑠」𝘴𝘢𝘯𝘵𝘶𝘵𝘶 𝘺 𝘶𝘯𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora