19: Fin

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Mirada a todas las almas

Continuaron su cita en el centro comercial, especialmente en el restaurant de hamburguesas que a German tanto le gustaba, luego Uni insistió en ir a los juegos y cuando se negó le hizo pucheros.

— No habrá juegos, es tarde, ¿Quieres un helado a cambio?

— ¡Si, si! - dijo con emoción y lo abrazó con fuerza, siendo siempre tan demostrativo.

Luego de terminar su helado de chocolate, ya de noche, Uni se despidió para devolverle la cita a German, San le preguntó si quería que le mostrará una sorpresa, a lo que el menor accedió sin dudarlo.

Tomaron un taxi hasta el otro lado de la ciudad, hasta estacionar frente a un edificio muy alto y de muchos departamentos.

German estaba sorprendido cuando su novio abrió la puerta del lugar con una llave electrónica y lo invitó a pasar.

– ¿Y esto? ¿Es tu especie de departamento privado para sadomasoquismo? - el tono de voz tan grave y conocido que Ger habló.

El mayor soltó una risa y negó.

— Oh no, ojalá. Te comenté que mí familia no tiene problemas económicos y bueno... Suelen dejarme un departamento para las vacaciones... A veces creo que es porque no me soportan... Para cuando la universidad cierra, me quedo aquí aunque los visito mucho, sirve para hacer mí vida, y tener más privacidad.

Mientras hablaba lo guiaba hacia el ascensor, subieron hasta el octavo piso.

– Aquí pasaría mis vacaciones, ¿Donde estarías tú? preguntó el mayor.

– Pues... Volvería a la casa de mis padres y me aburriría mucho, queda bastante lejos de la universidad y del centro, está a las afueras.

– Bien- Santiago asintió, salieron al pasillo y fueron hacia el departamento con el número 84, entraron para encontrar un cómodo y bastante amplio monoambiente, tenía un amplio ventanal desde donde podía ver el mar y las costas de Mar del Plata.

Tenía una cama amplia, perfecta para dos, una cocina en un rincón y una mesa para las comidas, el baño era bastante amplio y más bonito que el de su habitación de universidad.

— Oh, es muy lindo- German observó el lugar, luego se acercó a la ventana para ver el montón de agua que conformaba el mar, de un lindo color azul oscuro, la cuidad de noche iluminaba más de lo que quisiera, pero las luces también tenían su encanto.

— ¿Te gustaría quedarte acá? - preguntó San, se acercó a su lado, rodeando su cintura en un medio abrazo, su mentón se apoyó en su hombro -. Conmigo...

– Me encantaría- respondió el menor.

Santiago sonrió, se apartó para girarlo suavemente, y buscó sus labios, el menor correspondió con gusto, dejando que sus lenguas se encontraran, se recorrieron lentamente, por más que se habían besado miles de veces, nunca se cansaban de esa sensación, el calor que sentían en sus corazones, las cosquillas en sus estómagos, y esa electricidad que recorría sus columnas.

El cómo todo encajaba perfectamente cuando estaban juntos, y podían estar en paz, seguros y a salvo.

Se separaron luego de un largo rato de acalorados besos, suspirando de forma pesada, muy rojos, las manos de Iván se apoyaban con seguridad sobre la cintura del menor, con sus caderas juntas en un abrazo apretado.

— ¿Quieres quedarte conmigo para siempre? - preguntó santiago, bajo, al separarse, su mirada estaba fija en los labios rojos e hinchados del menor, de forma tentadora.
Los vió sonreír, tan bonitos, como siempre.

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⏰ Última actualización: Sep 12 ⏰

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 「𝑇ℎ𝑒 𝐴𝑙𝑡𝑒𝑟𝑠」𝘴𝘢𝘯𝘵𝘶𝘵𝘶 𝘺 𝘶𝘯𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora