¿A quién quería conceder un matrimonio?
El espejismo no duró mucho. Wen Liunian se sintió culpable por un tiempo, luego miró hacia arriba y vio que todavía estaba allí.
—¿Qué opinas? —preguntó Zhao Yue.
—No parece extraño. Probablemente no sea un acto deliberado para presumir ante el Gran Chu, pero probablemente se reflejó sin darse cuenta.
—Le escribí a mi shifu y él no está familiarizado con Hei Ya —dijo Zhao Yue— dentro del territorio de Nanyang, la existencia del Reino Feimian puede considerarse como un gran misterio.
—El gran Rey Ming* está en el Mar del Este, por lo que no debería estar familiarizado con Nanyang —Wen Liunian se puso de pie y observó cómo la sombra se desvanecía poco a poco— pero todavía está la isla Chaoya, que puede considerarse como territorio de Chu Xiang, así que no se permiten descuidos.
(n/t: Rey Ming, Yun Duanhun es el shifu de Zhao Yue)
—¿Crees que mi shifu esté dispuesto a intervenir? —preguntó Zhao Yue.
Wen Liunian frunció los labios y dijo:
—Me temo que el Rey del Suroeste ya ha pensado en esto un paso por delante de ti.
—¿Por qué lo dices? —Zhao Yue frunció el ceño.
—Esta vez las tropas del Gran Chu están controladas por el Emperador y el General Xue, pero se sabe que el Rey del Suroeste está actuando en secreto —dijo Wen Liunian— sabiendo que Chaoya es la esfera de influencia de Chu Xiang, todavía se envían tropas a Nanyang, ignorando la línea de defensa oriental, porque saben en sus corazones que alguien en el Mar del Este está ayudando a protegerla. Además del Rey Ming ¿quién más tiene tales habilidades?
—Mi shifu todavía tiene agravios por el difunto Emperador y no conoce al General Xue en absoluto, por lo que quien puede tomar esta decisión de convencerlo sólo puede ser el Rey del Suroeste —dijo Zhao Yue.
—Sí —Wen Liunian asintió.
—Resulta que mi shifu y el Rey del Suroeste son muy cercanos —sonrió Zhao Yue— entonces no tenemos que preocuparnos.
Wen Liunian se frotó la nariz, se apoyó sobre la barandilla un rato y de repente preguntó:
—¿A dónde quieres ir en el futuro?
—¿Eh? —Zhao Yue no entendió lo que quería decir.
—Quiero decir, cuando ya no sea primer ministro de la corte imperial ¿adónde quieres ir? —Wen Liunian lo miró muy seriamente.
—¿El Emperador Chu estaría dispuesto a dejarte ir?... —Zhao Yue le agarró la cara— solo no esperes hasta que tengamos setenta u ochenta años, en ese momento, si quiero llevarte a cualquier parte, me temo que no tendré de la capacidad para hacerlo.
Wen Liunian se inclinó hacia él y le dijo:
—No, dimitiré dentro de veinte años como máximo y te acompañaré por el mundo.
—¿Por qué? —dijo Zhao Yue— te gusta ser un funcionario y hacer cosas por la gente, y a mí también me gusta cuidarte. Nuestra vida es buena.
—No lo entiendes —bostezó Wen Liunian y susurró— un día el Hijo del Cielo y un día ministro.[1]
Zhao Yue se volvió para mirarlo.
Wen Liunian entrecerró los ojos para mirar la dorada puesta de sol en la distancia.
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Libro 4: La estrategia del emperador. [BL]
Romance⚠️Esta novela no es apta para gente sensible con el tema de homosexualidad, si no es de su agrado, no lo lea ⚠️ Entra en la sección de descripción para leer la sinopsis. ═════ ❀∘❀∘❀ ═════