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-¿Estás así de aburrida?-Pregunta con una sonrisa. A unos pasos de él, su madre permanece sentada en el amplio sillón de su oficina, con toda su atención sumergida en el techo. Minho no puede evitar dejar ir una risita cuando la escucha suspirar.

-¿Estás insinuando que no puedo visitarte, Lee Minho?-Su madre le pregunta, con una ceja alzada en un gesto elegante.-Si te molesta que venga a verte a tu oficina, entonces no vengo más. Sé darme cuenta cuando mi presencia no es valorada.-Minho rueda los ojos.

-Eres tan dramática.-Le dice y su madre le hace mala cara.-No me molesta que vengas a verme, es solo que a tu edad deberías tener otras entretenciones que no sean acosar a tus hijos.-Somi jadea ofendida ante sus palabras y Minho se apresura a decir.-¿Quieres un nieto?-Pregunta, y desde su lugar en el sillón, su madre lo mira con grandes ojos negros.

-¿Jisung está...?-Ella inicia, mostrándose sorprendida ante la idea y Minho niega.-Entonces, ¿están pensando tenerlos?-El Alfa asintió.

-Lo hablamos ayer.-Confesó, con las mejillas un poco rosadas.-Tengo la idea en la cabeza desde mi último celo y anoche hablé de eso con Jisung. Terminó mucho más emocionado que yo a pesar de que durante un embarazo, él es quien se llevará la peor parte.-Su madre asintió, entendiendo sus palabras.

-Entiendo todo pero, ¿por qué me dices eso? Es tu vida, Minho. Si quieres tener hijos con él, entonces tenlos.-Su madre le dice, luciendo tranquila ante sus ojos.

-Sólo quería hablarlo contigo, ¿sabes? Contártelo.-Minho se encogió de hombros, volviendo la mirada a los papales en su escritorio.-Supongo que solo estoy un poco aterrado, quiero formar una familia con Jisung pero me da miedo no estar preparado.-Su madre resopló.

-Nunca se está totalmente preparado para un hijo, mi cielo. Ni cuando llegan de sopresa, ni cuando los planificas. Es normal tener miedo, pero ya diste el primer paso, ¿no? Hablaste con tu pareja del asunto y ambos estuvieron de acuerdo. Eso es lo principal, el resto puedes aprenderlo en la marcha.-Minho sonrió aliviado ante las palabras de su madre, sintiéndose tranquilo.

-Gracias, mamá. Necesitaba mucho oír eso.-Ella asintió, regresando a mirar el techo de su oficina.

Minho apretó los labios, pensando cuáles serían sus próximas palabras, más el sonido de una llamada entrante lo interrumpió. Observó el contacto que se mostraba en la pantalla, un "Han Hyunjin" con letras blancas y uniformes. Minho frunció sus cejas, no esperaba una llamada del hermano de su Omega.

-¿Hyunjin-ssi?-Inició algo dudoso, y todo lo que escuchó fue un suspiro de alivio al otro lado de la línea. Observó de reojo como su mamá se removía en el sillón.

-Hola, Minho-ah. ¿Cómo has estado?-La voz suave de Hyunjin murmuró al otro lado y Minho lo escuchó sorber la nariz. Algo no estaba bien con el Omega.

-Bien, estoy bien. ¿Y tú?-Un silencio se apoderó de la línea antes de que Hyunjin respondiera con la voz algo estrangulada.

-No tan bien, la verdad.-Admitió con la voz llorosa.-Llegué hoy a Seúl.-Le contó y el primer pensamiento de Minho fue el de que su Omega se alegraría mucho de ver a su hermano.-Perdón si estoy interrumpiendo tu trabajo, pero quería pedirte que nos viéramos cuando tengas algo de tiempo libre. Yo...necesito tu ayuda con algo, pero nadie de mi familia puede enterarse de esto, Minho. Ni siquiera Jisung.

-¿No te estás quedando con tus padres?-Preguntó curioso y Hyunjin no tardó en responder.

-No.-Respondió.-Y no pueden saber que estoy en Seúl tampoco. Necesito que mantengas el secreto.-Minho suspiró.

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