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Disfruta a nuestro Omega...complácelo.

La voz de su lobo resonó en su cabeza como un eco. Frunció las cejas, aún con los ojos cerrados, sintiendo como el control era cedido nuevamente hacia él. La habitación estaba casi a oscuras, iluminada únicamente por la luz que se filtraba por la ventana.

Parpadeó, intentando acostumbrar su vista a la oscuridad y cuando lo hizo, la silueta desnuda del Omega se presentó frente a él.

Jisung estaba sobre él, montándolo de espaldas mientras su pene salía y entraba sin dificultad del interior del Omega. Minho gruñó, sintiendo la humedad del Omega envolverlo y jadeó cuando el castaño se movió de forma más agresiva sobre él.Llevó las manos a sus caderas, deslizándolas hasta sus nalgas y las apretó, separando la carne para ver como el Omega se tragaba por completo su pene, con el lubricante facilitando el movimiento y apretó los labios para contener el gemido.

El Omega gimió sobre él, enpujándose hacia abajo en Minho lo más que pudo mientras se corría y vio su delgado cuerpo ser sacudido por pequeños espasmos, su entrada apretándose alrededor de su pene.

-¿Jisung?-Lo llamó y el Omega se giró hacia él, mirándolo por encima del hombro y un par de ojos azules lo observaron en coquetería.-Omega.-Lo llamó y vio a Jisung levantarse, masajeando su pene con una mano, el lubricante en él facilitando la tarea de masturbar al Alfa.-Omega, ¿qué haces?

-Consentir a mi Alfa.-Le dijo con seguridad y la diferencia entre la personalidad de Jisung y la de su Omega era abrumadora.

Han Jisung era más dócil, cargado de inseguridades, nunca exigía ni refutaba nada. Era tranquilo y sosegado. Su Omega, por otro lado, era caprichoso y malcriado. Coqueto, seguro de sí mismo y siempre que quería algo lo exigía sin pelos en la lengua. Eran como los polos opuestos de una moneda.

El Omega dejó besos húmedos en su cuello, manteniendo su atención en el miembro del Alfa con su mano y Minho gruñó, cuando el Omega acarició con el pulgar el glande.

-Mi Alfa está tan tenso estos días. Deja que tu Omega te ayude a relajarte.-Le dijo en un ronroneo y Minho lo miró a los ojos, azul contra negro, acercándose a apoyar la mano en la nuca de Jisung, atrayéndolo para un beso.

El Omega gimió en su boca, complacido y Minho llevó las manos a sus caderas, dejando caricias vagas sobre la piel suave. Jisung se apartó de él, sonriéndole con bonitos ojos azules y Minho jadeó cuando el Omega tomó su pene en la mano, guiándolo hasta su entrada. Descendió lento, con la mirada en el Alfa y gimió bajito cuando lo tuvo completo dentro.

-Tan lleno...-Musitó en un ronroneo y Minho apretó los dientes, intentando ignorar el placer que se arremolinaba en su vientre por la imagen del Omega sobre él, desnudo y sin aliento.-Alfa...-Su voz fue suave cuando lo llamó. Jisung tomó sus manos, llevándolas a su cuerpo.-Tócame.-Le pidió en un gemido, comenzando a moverse y Minho lo obedeció sin rechistar.

Hizo uso de su fuerza para girarlos a ambos en un movimiento ágil. Una risita escapó de Jisung y Minho lo miró desde arriba, con el cuerpo del Omega apresado entre él y la cama.

-Alfa.-Lo volvió a llamar, abriendo sus piernas para él y Minho tragó en seco cuando el Omega lo miró con brillantes ojos azules.-Hazme sentir bien, aquí.-Le pidió, con sus delgados dedos jugueteando con su entrada.

Minho le gruñó, más se acomodó sobre él, guiando su pene hasta la dilatada entrada. Se deslizó dentro él, con la calor y la humedad del Omega recibiéndolo.

-Eres muy demandante, ¿sabías?.-Le reclamó, comenzando a embestir en él y un gemidito se escuchó antes de que Jisung hablara.

-No reclamo nada que no me merezca.-Le dijo seguro y Minho sonrió por sus palabras. A veces olvidaba lo directo que podía ser el lobo de Jisung con él.

Mantuvo la mirada en el rostro del Omega, observando sus expresiones y cómo se removía debajo de él, gimiendo casi sin aliento. Con pequeñas lagrimitas acumulándose en sus ojos y se acercó a besarlo cuando sintió al Omega temblar bajo él, ahogando los gemidos en su boca y Minho cerró sus ojos, dejándose envolver por el placer cuando el clímax lo abrumó mientras aún se golpeaba en el Omega.

Unas manos suaves fueron a sus mejillas y Minho abrió los ojos, para ganarse la imagen del Omega acariciando sus mejillas. Sonrió, tomando una de las manos del Omega para dejar un beso en la palma de este y otro más en su frente.

-Alfa.-El Omega le dijo con pucheros y Minho hizo un sonidito de que lo escuchaba. El castaño se dejó caer sobre su pecho cuando Minho se acostó sobre su espalda, mirándolo con cejas fruncidas.-Tienes que regañar a Jisung.-Le exigió y Minho alzó las cejas.

-¿Por qué? ¿Acaso te está tratando mal?-Preguntó, observando la expresión molesta del Omega.

Pensó que Jisung regresaría en cuánto terminara, pero al parecer, el castaño le daba mucha libertad a su lobo.

-Está tomando pastillas malas.-Le dijo y las cejas del pelinegro se arrugaron. ¿Pastillas? ¿Acaso Jisung estaba enfermo? ¿Por qué no le había dicho nada?

-¿Qué clase de pastillas?-Le preguntó, dejando caricias en sus muslos cuando el Omega se subió sobre su regazo, luciendo contento por tener su atención.

-Esas pastillas horribles que no nos dejan tener un cachorrito.-Le contó y los hombros de Minho perdieron la tensión. Hablaba de los anticonceptivos.-Yo quiero un bebé, pero él sigue tomando esas cosas. Regáñalo. No quiero que las tome.-Minho sonrió.

-No puedo hacer eso.-Le dijo y el lobo hizo pucheros.-Es su cuerpo y yo no puedo decidir por él.-Murmuró y el Omega negó.-Si tú se lo dices él lo hará.-Le aseguró.-Los dos queremos un cachorro. Danos un cachorro.-Le pidió, dando golpecitos en su pecho.-No puedo.-Le dijo bajito y el labio inferior del Omega tembló.

-¿Por qué no? ¿No te parezco bonito?-Le preguntó con voz llorosa.-Cuidaría bien a nuestro cachorro, y sería bonito como tú.-Minho sonrió, dejando una caricia en la suave mejilla.-¿No quieres?-Musitó, con la voz bajita y Minho negó. El aroma del Omega se apagó, el Alfa observó los ojos azules tristes de Jisung.-Entonces, una marca. ¿Me marcarías?-Le dijo, con esperanza en su voz y Minho sintió su lobo gruñirle en amenaza por sus próximas palabras.

-No.-Respondió y el Omega dejó ir un jadeo, su aroma cargado de tristeza. El castaño asintió a sus palabras, con sus ojos fijos en el pecho fuerte del Alfa -Omega.-Lo llamó y al aludido negó, sin mirarlo.

-Jisung tenía razón.-Él inició y Minho contuvo el aliento, sintiendo su lobo rasgar en su pecho debido la tristeza del Omega.-No somos suficiente para ti, ¿verdad?-Le dijo y Minho frunció sus cejas, acercándose a tomar su rostro para que lo encarara.-¿Por qué dices eso?-Le preguntó, mirándolo y un par de ojos castaños chocaron con los suyos.-¿Jisung?-Lo llamó y el Omega se veía confundido. Miró alrededor, sonrojándose cuando se vio desnudo encima del Alfa.

Minho apretó los labios, quitando sus manos de encima del Omega, quien limpiaba las lágrimas de sus ojos. Su pecho sintiéndose oprimido, como si se lo estrujaran. Llevó la mano al lugar, dejando suaves palmadas mientras intentaba calmar a su lobo.

-¿Estás bien?-Minho le preguntó cuando lo vio levantarse de la cama, alejándose de él como si el contacto le quemara. Se envolvió en una de las sábanas, cubriendo su cuerpo.

-Sí, yo solo...-Jisung negó, apuntando hacia el baño.-Tomaré una ducha.-Se apresuró, saliendo de la habitación y se encerró una vez que llegó al baño.

Se dejó caer en el suelo, gimiendo de dolor cuando sintió a su Omega llorar.

No nos quiere, lo escuchó hablarle en su cabeza. Nuestro Alfa no nos quiere.

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