Capitulo 16

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Narrador omnisciente

- Entonces, ¿no sabes cómo hacerlo? -preguntó después de que Charlotte estuviera unos 10 minutos tartamudeando porque le daba mucha vergüenza hablar, así que se limitó a asentir. - Ya veo, muchas gracias por tu tiempo, tía, y suerte con la persona a la que no sabes declararte aún.

La joven dejó la oficina, dejando sola a la capitana, totalmente roja por las últimas palabras de su "sobrina".

La (C/P) se detuvo fuera de la orden a pensar: ¿Ahora a quién más le iba a preguntar? La capitana Doroti no era una opción; siempre que la busca, está durmiendo. Por un momento, pensó en su mejor amiga, pero se negó por la vergüenza de decírselo a alguien que conoce a Yuno y es cercana, por lo que también tachó en su lista al capitán William. Como último recurso, le vino a la cabeza su tío Yami.

Tomó su escoba mágica y se dirigió a la base de Toro Negro. Sabía de sobra que no era la mejor persona a quien preguntarle, pero era su última opción y uno de sus ejemplos a seguir, la segunda persona más cercana que tiene, además de su padre.

Después de un rato volando, llegó a la base de Toro Negro, donde pudo observar a Magna y Luck entrenando junto a Asta. Nunca hablaron mucho porque rara vez venía a ver a su tío en la base cuando sus integrantes estaban en ella; siempre se aseguraba de que estuviese solo para no levantar sospechas. ¿Qué hace alguien de Amanecer Dorado con el capitán de Toro Negro? Era algo sin sentido.

Pero la situación era importante y de seguro el rumor sobre su identidad ya lo conocía medio reino Trébol, así que tomó valor y bajó hasta la entrada, acercándose al trío que no paraba de pelear.

- Disculpen... -dijo con un poco de pena, pues hablarle a alguien solo para pedirle un favor cuando es la primera vez que se hablan no le parecía la mejor forma de conocerse, pero ninguno de los tres la escuchó. - Disculpen, mmm, ¡hey! -La paciencia de la joven ya se estaba esfumando; ya había levantado la voz y parecía que la estaban ignorando, pero claro, estaban en toda la entrada entrenando.

Pasaron 5 minutos completos intentando que le prestaran atención, pero ninguno se percataba de su presencia. - ¿Podrían quitarse? ¡Están en toda la entrada! ¿Acaso no tienen cerebro? ¡No son los únicos en este planeta! -gritó ya furiosa. ¿Cómo podían ser tan ignorantes? ¿No es mejor entrenar en el bosque o en la parte trasera de la base?

El trío se detuvo rápidamente y se ordenó en fila. El grito y la actitud le habían recordado a su capitán; por un momento pensaron que eso era así. Si no fuese porque la voz que les gritó era femenina y más agradable de escuchar, ya estarían arrodillados pidiendo disculpas como si hubiese sido Yami. Pero la vieron: era la chica de los rumores, ¡la hija del rey mago!

Lo primero que hicieron fue pedir disculpas, pero fueron interrumpidos por alguien. - Yo conozco esa forma de gritar. Mocosa, ¿qué haces acá? -preguntó Yami con una sonrisa de orgullo al ver que su "sobrina" tenía la misma forma de intimidar que él.

La chica caminó hacia él, ya relajada y con una sonrisa, para después darle un abrazo. - Tío, necesito un consejo -apenas dijo "tío" y el trío que estaba a su izquierda puso cara de espanto. ¿Era la sobrina de su capitán? Eso no tenía sentido para sus cerebros, pues el rey mago y Yami no son familia.

Yami se asombró por su petición; hasta él tenía claro que no era el mejor dando consejos, así que pensó que era algo sobre una pelea o sobre la magia. Por lo que, con la cabeza, le hizo señales para que le siguiera hasta la sala.

- Bien, dime qué sucede -se iba a sentar, pero fue detenido por la más baja. Ella le sonrió con incomodidad, dándole a entender que el consejo era más personal de lo que pensaba. Suspiró pesadamente y la dirigió hacia su oficina.

Al llegar, cerró la puerta y amenazó a los tres que les seguían como chismosos, advirtiéndoles que si alguien los escuchaba, rodarían cabezas. Esa simple amenaza hizo que el trío saliera corriendo fuera de la base, asegurándose de que ninguno de sus compañeros entrara sin saber la advertencia.

Ambos se sentaron frente al otro, mientras que Yami se cruzaba de brazos, mirándole con atención. Ella suspiró con nerviosismo, juntó sus manos intentando darse valor y lo soltó.

- Quiero declararme a un chico, pero no sé cómo hacerlo. Él me gusta mucho desde hace un tiempo, pero no sé cómo decirlo. Papá me mintió diciendo que lo que sentía era odio, y por la decepción que tuve cuando me enteré por mi maestra que él me había mentido, fue que tuve el accidente. Después intenté pedirle consejo a ella y a la capitana Charlotte, pero ninguna sabía bien cómo decirme. Pensé en preguntarle a mi mejor amiga, pero no es buena idea. Mi papá tampoco, y mucho menos el tío William. Eres mi última opción, tío -dijo demasiado rápido y con nervios. La cara del hombre que tenía al frente era un poema: ¿su sobrina enamorada?

Él carraspeó y se sentó mejor en su lugar. La conversación tomó un rumbo que no se esperaba. - Sabes que sobre el amor es mejor preguntarle a una chica, ¿no? -ella asintió apenada y él entendió que era el único recurso que le quedaba. - ¿Y por qué no le puedes preguntar a tu mejor amiga? ¿Conoce al chico? -respondió de la misma manera, y este suspiró. Sabía más o menos quién era la mejor amiga; lo único que resonaba en su cabeza era que no fuera el chico ese, el noble llamado Klauss. - Y bien, ¿quién es el afortunado? -preguntó mientras se servía dos vasos, uno para él y otro para ella.


Al terminar de servirlos, tomó su vaso y comenzó a beber un poco de agua. - Bueno, se llama Yuno, el mago de viento. ¿Lo conoces? -dijo, mirando a sus pies con vergüenza, pero se alteró cuando escuchó cómo su tío se atragantaba con el agua por la sorpresa.Rápidamente, se levantó y corrió hacia su espalda, dando palmaditas para ayudarlo a recuperarse. - ¿Dijiste Yuno? ¿El chico de cabello negro y ojos dorados? -tuvo como respuesta un pequeño "sí" de la muchacha mientras se sentaba de nuevo en su lugar.Pasaron unos 20 minutos hablando sobre lo que ella sentía por el chico y cómo no había tenido el valor de hablarle en estos últimos días.


Bueno, como bien sabes, mi consejo no va a ser nada sutil ni romántico, pero ya que le tienes miedo al rechazo, ¿por qué no le dices algo como "ámame o muere"? Eso haría yo -le dijo mientras se cruzaba de brazos, orgulloso y asintiendo con la cabeza, 100% seguro de su respuesta.


La joven lo pensó, tomó valor, agradeció a su tío con una gran sonrisa y le dijo que lo haría justo ahora. Él la acompañó hacia la salida, y mientras ella tomaba vuelo, él le hizo ánimos con las manos.


Tomó rumbo hacia la base de Amanecer Dorado.

Continuará....

Imposible No Amarte (Yuno x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora