—¿Te gustó? —pregunta Adrien cuando emprendimos el camino de regreso.
—Me encantó —le confesé, aún con una sonrisa en el rostro.
La compañía de Adrien fue fantástica, como siempre lo había sido.
Era como si siguiera siendo el chico dulce y gentil que me defendía de las burlas, que se sentaba conmigo en el almuerzo y me decía que yo era linda tal y como era, que no hiciera caso a las críticas.
—¿Quieres que te lleve al hotel? Y es un poco tarde— comenta, mirando de reojo el reloj en su muñeca.
—Claro— le digo con una sonrisa, continuando con la conversación que teníamos en el restaurante respecto a nuestras respectivas graduaciones de preparatoria.
Él era modelo al igual que yo, o bueno, lo había sido por un tiempo ya que después emprendió su propio negocio de modelaje y le iba muy bien, varios y varias modelos reconocidas trabajaban con él.
Él entendía lo difícil que es pasar de ser una persona de la que se burlaban, a ser aclamada.
Adrien me escuchó desahogarme todo el trayecto de regreso, hasta que estuvimos frente a la puerta de mi habitación.
—Gracias por traerme, y por aceptar salir conmigo.
—Gracias a ti por invitarme, fue una buena noche.
—¿No quieres pasar a tomar una última copa? —le pregunté con cierto nerviosismo, mordiendo internamente mi labio inferior.
—No debería, voy a conducir todavía.
No pude evitar hacer una mueca de disgusto cuando él no entendió ni indirecta, pero al mismo tiempo mi rostro se encendía de vergüenza al pensar en que era la primera vez que de forma sutil invitaba a un chico a pasar la noche conmigo.
Y en ese momento, no sabía si rendirme o volver a intentarlo.
—Entiendo, por suerte no vives tan lejos —murmuré, frotando mis brazos mutuamente.
—No, cualquier cosa puedes llamarme y estaré aquí en menos de cinco minutos —aseguró, haciéndome sonreír por ello—. Ten una buena noche Marinette.
Se despidió, acercándose a mi para besar mi mejilla, aunque por los nervios y las ganas de prolongar el momento un poco más, giré la cabeza intencionalmente para que, en lugar de que bese mi mejilla, sus labios hagan contacto con los míos.
Obviamente no se lo espera y eso hace que se separe rápidamente, mirándome con sorpresa.
No puedo sostenerle mucho tiempo la mirada, y es por ello que bajo la vista al suelo mientras juego con mis manos de forma nerviosa.
No espero que él me diga algo más, quiero entrar corriendo al departamento a gritar por el nerviosismo, pero es su mano sujetando mi mentón y sus labios sobre los míos los que me hacen dejar de pensar por los segundos que dura este beso.
—Descansa linda —me dice después, acariciando mi mejilla antes de empezar a retroceder.
Y con una sonrisa boba, me despido con un gesto antes de entrar al departamento y cerrar la puerta detrás de mí, apoyando mi espalda en la misma.
No era lo que esperaba, me hubiera gustado poder prolongar la velada un poco más, pero tampoco podía quejarme, era fantástico pasar tiempo con el rubio.
[...]
No podía creer que después de hablar con Adrien por teléfono por más de dos horas, y que terminara colgando la llamada hace apenas cinco minutos porque tenía algo que hacer, ya lo estuviera extrañando tanto.
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BELLE
FanfictionTodo comenzó cuando tenía dieciséis años. Sí, a esa edad abrí los ojos y la mentira en la que había vivido durante bastante tiempo me golpeó en el rostro. ¿Quién dijo que no debía preocuparme por mi apariencia, ya que lo que más importaba era lo que...