Violentometro (Zeno Sama x Daishinkan)

Golpear "jugando"

Zen había salido de la ducha, en su forma casual. La cual era llamada así por lucir como un mortal, su piel era clara, pero al igual que en su estado de siempre tenía franjas pariendo los dos lados de su rostro, color azul. Su cabello era morado, en algunas zonas de tonos más oscuro.

Zeno Sama- Será mejor cortar un poco el flequillo- Saco de un cajón unas tijeras- ¿¡Mmm?!

El rey sintió una jaqueca, su aura se vio como rayo por las nubes. Cómo si dividieran el alma en dos, su aura expulsó una forma oscura, como el hermano de Daishinkan haría con su energía de distorsión o energía maligna.

- Hola, pequeño rey, y príncipe Zen'no- Vio como el susodicho, estaba arrodillado ahogándose en su energía

Zeno Sama- Maldito abusador- Levanta la mirada

- Oh... Vamos no me trates asi, ¿De quién abusé?

Zeno Sama- De un inocente angel... ¡¡Mi angel!!- No era de los seres d e su raza denominar algo que no es objeto como suyo, pero en este caso con el. Dejaba todo eso como extra- El no tiene la culpa... Yo fui el curioso que fue tras la llama, y se quedó perdido en ese reino, sobre su lago... No es su culpa, que hubiera despertado a las manadas de distorsión pura, con alfas...- Se sujeta el abdomen, sentía una puntada- El solo fue elegido por mi... Con la unica razón, que era de los pocos angeles que un sacerdote es del rey por la eternidad. Nunca volarán, para crear su vida, estarán atados a ellos y si no... Bueno no saben lo que será respirar...

- Seres como tú cambiaron, el pensar de tu raza sobre esa norma. Ahora los angeles son liberados de volar- Sonrió, de forma psicópata- Pero... Hay excepciónes... Tu angel, nunca tuvo que nacer. Aparte de ser un fenómeno, un hombre que reproduce a través del embarazo, también es un ser que es igual a ese psicópata...

Zeno Sama- Daiyamondo, puede ser un psicópata... Pero es de las pocas veces que veo que hasta los mismos asesinos de razas divinas, tienen más de lo que se llama piedad y empatía...

- Me importa la putísima verga- Puso su mano sobre el hombro del rey, su aura maligna nuevamente se apoderaba de el- Veamos si es cierto, sobre la empatía de un hermano psicópata, hacia el abuso de su hermanito.... Jajajaja- Rio como todo un lunático en el juicio, siendo sentenciado...

...

El rey salió del baño, sin su camiseta, solo traía un shorts. Que le quedaban algo grandes, claro ya que eran para estar tranquilo y descansando.

Daishinkan- Zen- Se sonrojo al ver el aspecto físico del mayor, era alguien con un aspecto del físico casi perfectamente tonificado- Te vez...

Zeno Sama- No, ocupas decir como me veo. ~Porque tú más~- Le dió un "leve" golpe en la mejilla

Daishinkan- Hay- Se sobó la mejilla- Oye no tenías que golpearme

Zeno Sama- Exageras... Solo jugaba

Daishinkan- Si pero me dolio- Observo su mano, como si hubiera puesto la parte del cuerpo sobre una herida abierta

Zeno Sama- Esto si te tuvo que haber dolido- Puso su mano abierta, de perfil, sobre el centro del abdomen del ser de tez azul bebé. Cerro su puño y le dió un golpe, con una fuerza algo mayor que la que usaba normalmente.

El menor casi escupe un poco de su sangre morada, al ser golpeado con el golpe de un pulgada. Junto con la extremadamente superior fuerza del dios a comparación de la resistencia que usaba en el momentos no muy criticos.

Zeno Sama- Tranquilo, ~mi amor~- Lo besó, y puso su mano por encima del moretón, que era de un tono algo verde- Solo es un juego... Ven, que te ayudo...

Así el mayor le ayudo cambiar el vendaje que su novio tenía en el abdomen. Al ver los otros moretones de sus "caricias" no mostró interés en el, tampoco con intención de disculparse. Para el, todo lo que estaba haciendo estaba bien...

Eso piensa ese ser, pero no Zeno Sama. Y ve como su pareja sufre por no poder controlar a ese tipo... Acaso no se dan cuenta de la magnitud del problema, o solo no les importa...

Zeno Sama- Lo siento, mi angel, parece que nos veremos en otros tiempos- Quería ser degollado por alguien, para así dejar de hacerle ese daño con su cuerpo, al ser que amaba...