Zeno Sama estaba viendo la televisión, mientras su pareja leía algo regalado por Bulma. Era sobre el derecho feminismo, o algo así. Realmente a simple reojo se notaba que no estaba enfocado en la lectura.
Zeno Sama- ¿Que lees?- Comió una palomita del tarro
Daishinkan- Algo sobre derechos femeninos, la verdad no lo sé... No es como si le prestará atención al tema- Dejo el libro y cerro los ojos. Estaba algo incómodo el aura de Zen era diferente, como si sintiera el aura que rodea a Daiyamondo 24/7, una que te hace capaz de dominar y manipular la misma distorsión, que era bloqueada un 50% eficiente me por el cosmos.
El rey toma el libro, y le da una rápida leída, arquea una ceja al ver el contenido de la siguiente página.
Zeno Sama- ¿Que es un violentometro?- Le enseño la hoja con lo susodicho
Daishinkan- Hasta donde se, un violentometro es algo así como una medida que hizo el gobierno mortal, en las relaciones. Es como medir la violencia por niveles de una relación.
Zeno Sama vio los niveles, los más bajos como, bromas hirientes, hasta las más siniestras y perfectas para considerarte un verdugo si las
cometes como, mutilar o asesinar. Aunque el sin aún darse cuenta no estaba tan lejos de esos niveles, eso el no lo veía pero ahora su novio lo analizaba al pensar en, medir violencia en una relación. Tomo con no mucha educación, arrebatándole al rey el libro, viendo los niveles. Pudo notar que todo allí iba exactamente como el lo está viviendo, no pudo leer los siguientes al ser el libro igualmente arrebatado. Con la diferencia que el dios tiro el obsequio de la terricola peliazul, a la fogata con un fuego igual al fuego fatuo.Ambos vieron como se quemaba poco a poco, el mayor volteó a ver al angel, quien se encogía de hombros, enseñando una postura sumisa. Más al notar como los ojos del ser supremo, sus pupilas cambiaron a ser iguales a las de un gata, una linea del mismo color que el segundo hijo de la primer camada del progenitor de Daishinkan, su padre Elohim.
Zeno Sama- No creas esto- Lo tomo del mentón- ¿Crees que eso pasa con nosotros?- Hizo una voz graciosa, como si le hablara a un bebé o un niño pequeño
Daishinkan- No para nada- Mintio, realmente el ya no quería ser la pareja de Zen, con esa actitud hacia su persona. Aunque no podía imaginarse su vida, si lo deja...
...
Zeno Sama- ~Eres muy tierno~- Tocó bajo el shorts que el menor traía para dormir, eso lo sonrojo y molesto
Daishinkan- ¡ZEN! , ¡¡DEJA MI CUERPO!!- Estaba nervioso al sentir como empezó a meter su mano bajo su ropa interior
Zeno Sama- ¿Porque lo haría?- Dijo con voz extrañada- Eres tan suave como un cupcake... Además si yo quiero te toco, quiera o no...
Dai puso una mano sobre el brazo bajo su cuerpo, tratando de quitar la mano de su señor que ya empezaba a tocar una zona privada. El ya no quería tener contacto sexual, a menos que el quisiera. Eso involucraba las caricias y la acción de manosear sin consentimiento.
Zeno Sama- ¿Quieres dejarlo en la mejor parte?- Acaricio el miembro del menor- ~Se que lo disfrutas~
Daishinkan- ~Ah~- Gimió, haciendo una pintada sonrisa en el rostro del mayor tanto en altura y edad- ~Ah... Zen~- Se dió la vuelta, quedando frente a la pícara mirada...
Zeno Sama- ~Eso es mi pequeño sacerdote~- Susurra en su oído, viendo cómo el menor temblaba, podía ver cómo lo disfrutaban pero más como me disgustaba el tacto. Aunque eso último era lo que menos le importaba- ~Gime para mí, para terminar~- Acerco si algo afilada dentadura, y mordió el cuello del menor, provocando un leve gemido de dolor.
Daishinkan- ¡Maldición!- Cerro los puños, le estaba desagradado los manoseos de Zen. Ni los que no estaban en contra de su voluntad le gustaría sentir, era obvio porque...
Ese rey no era de quién se había enamorado, era otro ser. Un peor monstruo que la misma distorsión, en su mundo...
Daishinkan- Te volveré a ver, Zen- Pensó- Al menos el rey y dios que me enamoro, y no tenerlo solamente físicamente
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Violentometro (Zeno Sama x Daishinkan)
SonstigesEl amor se mide... También la violencia... ¡Abre los ojos! No confundas tu amor por el con sus intentos de herirte, física y sentimental.