Capítulo 17: El recuerdo de Cynder

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(A la mañana siguiente...)

Luego del combate de la noche anterior, los muchachos regresaron heridos y agotados al Windheart, donde fueron atendidos por Cynder, Edel y Lyra pare curar sus heridas. Mientras tanto, y sorprendentemente, Sparx sugirió que se marcharan ahí mientras podían, en caso de que ese simio malvado regresara. Conscientes de ellos, las chicas les pidieron a Néstor que los llevara lo más lejos que podían, navegando por un par de horas por un océano calmado y solitario, hasta encontrar un pequeño islote en el cual pudieron atracar y les ocultaría el barco. Ya cansados de navegar, todos descansaron allí hasta el amanecer.

Una vez llegó el día, todos se reunieron en la cubierta de nuevo, dispuestos a hablar sobre aquellos tres enemigos: Malphas (a quien enfrentaron primero) y sus otros 'amigos' (Vorax y Draknar). No obstante, no debían olvidar su tarea de navegar hasta Glowridge y también debían de reponer un poco de la energía gastada en el combate de anoche, de tal manera que comenzaron a hacer planes.

Como la ciudad a la que se dirigían era una ciudad flotante, Ray y Thorr salieron por unos minutos volviendo poco después con un enorme pescado tan grande como el tiburón de la vez anterior. Mientras, Jhonny y Spyro fueron nuevamente tratados por Edel, ya que ambos fueron los más heridos de aquella batalla. Por su parte, ya que era el último recorrido para ella, Lyra ayudaba a Néstor, recargando el poder mágico eléctrico del barco para poder navegar por los cielos nuevamente. En todo aquel tiempo, Cynder estaba sentada en la cubierta, separada de los demás, tocándose la cabeza con su pata, tratando de hacer memoria de esos recuerdos que, si bien dijo que no quería recordar, esta vez eran necesarios. A Sparx no se le pasó por alto.

"¿Crees que debería animarla un poco Spyro?" le preguntó la libélula.

"Creo que... mejor será que no lo intentes..." le respondió este, "Ya hablaremos con ella dentro de un rato"

Con el gran pescado, el joven dragón de fuego volvió a preparar un gran festín de sushi. Mientras, Néstor activó el motor mágico de la nave y esta empezó a volar nuevamente por los cielos. Una vez sintiendo el frescor del aire nuevamente y despidiéndose del mar (sobre todo Thorr), todos (incluida Cynder) se reunieron para servir la comida en la cubierta, listos para compartirla. Mientras se maravillaban del delicioso sabor, volvieron a repasar los enfrentamientos de anoche.

"¡... y eso de la convergencia fue extraordinario!" finalizó Ray, "¡Lo hubierais visto! Sus garras metálicas no pudieron absorber tal cantidad de poder"

"¿Cómo lo lograron?" preguntó Edel, "Pensé que debían estar en sincronía"

"Pues..." respondió Jhonny, "Pensé que igualarme a la actitud bromista de Ray podría ser la clave... y, si soy sincero, no me imaginé que funcionaría tan bien..."

"Hum" rio Thorr, "Que suerte entonces tienen, pudieron haber perdido por esa advertencia que nos dijo el maestro Terrador"

"Hablando del viejo Terrador..." interrumpió Sparx, "¿Ya no debió haberles mandado una carta o algo por el estilo?"

Todos se silenciaron, recordando aquello: habían mandando el pajarillo de papel hace ya tiempo y no tenían respuestas. ¿Aún no había llegado? ¿o algo la había interceptado?

"Aunque suene increíble, pero Sparx tiene un muy punto" dijo Ray.

"¡Hey! ¿A qué te refieres con 'aunque suene increíble', chispitas?" preguntó la libélula.

Pero, Spyro se había percatado de que Cynder de nuevo, estaba perdida en sus pensamientos.

"¿Cynder? ¿Te sientes bien?" le preguntó.

Todos se detuvieron un momento y casi que se alertaron, mirando alrededor. No obstante, no era presentimiento, sino más bien un estado de preocupación por parte de la dragona.

La Leyenda de Spyro, Los Dragon HuntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora