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Hiltop y El Reino se habían unido a la batalla, de manera que la reacción de Danielle había sido claramente mantenerse a salvo y evitar que no la atraparan, pero claro, sus planes nunca salían a como quería.
— ¡Suéltame! ¡Déjame ir! — espetó Danielle intentando soltarse del agarre en su cintura pero entonces la arrojaron con fuerza al suelo — ¡Tenias que ser tú! Déjame en paz.
— Mira, Danielle, no tengo humor para tus mierdas así que esta vez coopera — dijo Daryl ganándose un resoplido en respuesta — Vamos.
La tomo del brazo y la jalo para levantarla, Danielle estaba realmente irritada por las palabras dichas por su padre, tanto así que una idea fugaz paso por su mente.
Siempre que discutía con su padre ella buscaba la forma de hacerlo cabrear.
¿Que lo enojaría más? ¿Que Danielle se cambiara de bando o que saliera con cualquier idiota del grupo de Rick?
Por el momento, su idea era cambiar de bando solo para hacerlo enfurecer y ocasionar que se arrepintiera de sus palabras, el problema iba a ser que la aceptaran en el grupo.
— No me toques, yo puedo caminar sola — espetó Danielle soltándose del agarre de Daryl con brusquedad — cavernícola.
— Si intentas correr o golpearme te voy a disparar — advirtió Daryl captando la atención de Danielle, a penas se había percatado que llevaba una ballesta colgando del hombro.
— Mira, a mi no me importa lo que tú digas — dijo Danielle sin ocultar el mal tono en su voz — Deberías meterte en tus asuntos en vez de estar ahi atento a lo que hago.
— ¿Piensas que estoy atento a lo que haces? — cuestionó Daryl burlesco — Ninguna persona esta atenta a lo que haces, solo un estúpido lo estaría.
— Es por eso mismo que lo digo, tú eres un estúpido — soltó en tono obvio — Ay ya, mira Daryl, me importa un comino lo que tengas que decir.
Daryl resoplo, prefirió quedarse callado a responderle a Danielle y que pronto se pusiera como loca.
Los ojos de Rick y Michonne les vieron acercarse, cerca de ellos estaban Maggie, Jesus y el Rey Ezekiel.
— ¿Quien lo diría, eh? — inquirió Ezekiel — Tú siendo hija del enemigo.
— Si, bueno, eso ya no importa — respondió Danielle con desdén — No me pueden tener de prisionera por algo que no es mi culpa.
