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Danielle había llegado al santuario siendo muy cautelosa ya que no sabia como sentirse al respecto, ahora que su padre no estaba tenia miedo de que le hicieran alguna clase de daño, así que prefería mantener un perfil bajo en lo que se le ocurría algo para que se dieran cuenta el porque ella iba a tomar el liderazgo de la comunidad.
Se sentía frustrada ante la acción de Daryl, todos pensaban que estaba embarazada cuando no era así y ahora se sentía muy presionada al respecto.
Su padre estaba con la idea y probablemente ilusionado y en si no había tal embarazo.
Entendió el porque le llamaban Chucky, era igual de horrible que ese muñeco diabólico.
Se dejo caer en su cama y cerro los ojos intentando pensar en algo.
¿Cómo podia imponerse ante tremendos idiotas? Tenia que ganarse su cariño, imponerse y demostrar quien era ella, el detalle era que no tenia idea alguna de como hacerlo.
Y entonces una idea surgió su mente.
Tenia que hacer que le temieran primero y creía saber el como.
¿Que era lo que más apreciaban y elogiaban los hombres todo el tiempo? La respuesta era clara.
Se levanto de golpe de la cama y salió de su habitación caminando con firmeza hasta que un salvador se topo con ella.
— Hey tú — llamó Danielle ignorando el hecho de que el hombre se la comió con la mirada — Reúne a todos en el balcón.
— Yo no recibo ordenes tuyas — respondió el hombre — Ahora que tu papi no esta, ¿quien va a protegerte? Yo que tu me andaba con cuidado.
— Yo que tu cerraba la puta boca — espetó Danielle con dureza — Y más te vale obedecer lo que te he ordenado o entonces te voy a cortar tus miserables bolas y te hare comértelas. Reúnelos al salon, ¡Ahora!
El salvador le miro perplejo por unos segundos, no se movió y cuando lo hizo le dio un indicio de sonrisa burlesca, pero Danielle no se andaba con juegos de forma que saco el arma de su cinturón y la apunto en su entrepierna.
— ¿Quieres ser un eunuco? — inquirió Danielle — Mira que ando con las hormonas alteradas y no te conviene retarme.
— Una perra con tetas no me va a dar ordenes.
Una furia inexplicable surgió en el pecho de Danielle de forma que no dudo en disparar, el hombre se doblo de dolor mientras se sostenía la parte delantera.
