El lunes en la escuela lo único que se comentaba era lo bien que la habían pasado en la playa. Se escuchaban historias divertidas de un lado a otro y todos parecían conformes con la elección del viaje, cosa que me puso feliz. Sin embargo, en mi grupo no era lo único que se comentaba.
– Entonces tenemos una nueva parejita –dijo Adam, recostándose de su casillero.
– Ya déjala –replicó Rebecca, siempre la defensora.
– Sí, sí, sabemos que eres la mayor defensora de la parejita –agregó Andrew, burlón.
Mientras ellos seguían discutiendo, Caleb apareció tras de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura. El día anterior lo habíamos pasado juntos para aprovechar cualquier espacio libre y había encontrado cualquier excusa para besarme, con el pretexto de seguir rompiendo la maldición.
– Buenos días, cobrizo –dijo Caleb con una sonrisa.
– Buenos días, creidito –respondí, girándome para verlo–. ¿Qué haremos con esta barba que te estás dejando?
– ¿No te gusta? Yo creo que me veo sexy –dijo, poniendo los ojos en blanco.
– Si tú lo dices –respondí con una sonrisa.
– Hey, parejita, vamos a clases –dijo Josh.
Los días se sentían tan eternos y a la vez tan cortos que se me hacía imposible poder explicar el sentimiento. Era la última semana y todos estaban hablando de eso, de la sesión del viernes y de todo lo que tenían en mente.
Estaba al tope con mis anotaciones. Lo peor del caso es que nadie me obligó a ser la representante; yo me propuse voluntariamente y, claro, nadie iba a negarse. Ahora no sé si sentirme orgullosa o estresada.
– Nunca creí que te vería con tanto verde y ahora es todo lo que usas –dijo Rebecca.
– No sabía que se me veía tan bien.
– Eso y que a Caleb le gusta –dijo Rebecca, divertida.
– Puede que influya un poco también.
Estábamos saliendo de la lavandería donde habíamos dejado nuestros vestidos de las fotos para ir a juntarnos con los chicos.
– No puedo creer que esta puede ser la última vez que hagamos estas cosas juntos –dijo Jasmine con nostalgia.
– No digas esas cosas, Jasmine. No nos vamos a distanciar.
– ¿Por qué tardaron tanto? –preguntó Josh.
– Somos chicas, Josh.
Habíamos decidido ir al mirador y tener un picnic solo nosotros. Desde que nos volvimos amigos, la vida de todos había cambiado, y todo empezó en esta etapa a la que le estamos diciendo adiós. Me sorprendería que perdiéramos el contacto, pero sé que cuando entremos a la universidad, las cosas serán diferentes para todos.
– ¿Pasa algo, Jess? –preguntó Adam–. Estás llorando.
– Solo me puse nostálgica y no estoy llorando.
– Esto merece una foto –dijo Candy–. Lo nunca antes visto.
– Ya basta –dije antes de levantarme y correr.
– ¡Atrápenla! –gritó Josh, haciendo que los demás se levantaran y se pusieran a correr.
Viernes
– Mamá, ya basta o te arruinarás el maquillaje.
– Es que no puedo creer que esto está terminando.
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Creo que te quiero
Teen FictionJessica es algo dulce, antipática, testaruda, chistosa, y si, algo amargada, le gusta que todo salga justo como ella quiere y ¿a quien no?, así es Jess. Calleb es algo coqueto, terco, extrovertido y algo creído, le gusta que todo salga justo como e...