El día por fin había llegado: la despedida de toda una etapa de mi vida. No sabía cómo sentirme, ni siquiera si debía sentir algo, porque todo parecía demasiado irreal. Decidí organizar todo el día sola, aunque amo la presencia de mis amigas, consideré que era un día donde merecía tener mi espacio.
La secundaria me dio tantos buenos momentos y otros no tan buenos que me parece increíble pensar que no volveré allí como estudiante. No correré más por los pasillos para no llegar tarde, no iré más a la biblioteca ni al comedor, ni me quejaré de los maestros o de sus asignaciones. Todo me parece surrealista.
Pensar que allí conocí lo mejor y lo peor de mí y que pude crecer como persona me dan ganas de llorar, pero no lo hago. Me veo en el espejo ajustando los últimos toques de la toga y sonrío satisfecha, orgullosa de mí misma.
–¡Jessica, se nos hará tarde! –grita mamá desde abajo.
Bajo las escaleras y veo a mis padres con esa sonrisa que siempre me han dado.
–Algo bueno debí hacer en mis vidas pasadas para merecer una hija tan hermosa –dice papá.
–Definitivamente, fue por esos halagos que me enamoré –dice mamá, extendiéndome las manos–. Estamos muy orgullosos de ti, sabes que sí, pero nunca está de más repetirlo.
–No vayas a llorar –le digo al ver cómo se le llenan los ojos de lágrimas–, mejor vámonos.
Cuando llegamos, veo a algunos de mis compañeros con sus familiares tomándose fotos, otros con lágrimas en los ojos y algunos sonriendo. Sin duda, es un día especial. Pronto veo a mis amigos radiantes; Adam seguro contó un chiste por la forma en que todos se ríen.
–Wow –Josh es el primero que me ve–, parece que se nos caen los ángeles del cielo.
Me acerco a ellos y las risas y abrazos no se hacen esperar.
–Te ves increíble, Jess –dice Rebecca mientras me abraza fuerte.
–Gracias, tú también te ves espectacular –respondo, notando cómo todos mis amigos brillan con sus togas.
Busco a Caleb con la mirada y no lo veo, lo cual me extraña.
–Todavía no ha llegado –dice Jasmine al notarlo–.
–Qué extraño, pero mejor vamos adentro –digo al escuchar el llamado por el altavoz–.
Nos dirigimos al auditorio donde pasé horas organizando todo en las últimas semanas, y ahora que finalmente lo veo culminado, una sensación de orgullo me invade.
–Esto parece sacado de una película –dice Candy–.
–Sin duda, lo dejamos en buenas manos –dice Rebe, haciéndome sonreír.
Cuando nos acomodan en los asientos, mi tío da inicio al discurso de apertura y luego entonamos nuestro himno. Durante todo el tiempo, no dejo de mirar hacia la puerta, esperando ver a Caleb, y aunque Andrew y Luke ya han llegado, Caleb sigue sin aparecer.
–Seguramente está en camino –me susurra Adam, y asiento–.
Pasamos a los discursos, donde algunos maestros y padres toman la palabra, y finalmente algunos compañeros agradecen, especialmente a mí, por todo el estrés que tuve que soportar y por hacer de la graduación algo único.
Cuando empiezan a llamarnos para recibir nuestros diplomas, miro a mi alrededor y veo el orgullo en cada rostro, la satisfacción de haber logrado algo grande, con la frase "lo logramos" grabada en sus frentes y los padres orgullosos de sus hijos a pesar de todo.

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Creo que te quiero
Novela JuvenilJessica es algo dulce, antipática, testaruda, chistosa, y si, algo amargada, le gusta que todo salga justo como ella quiere y ¿a quien no?, así es Jess. Calleb es algo coqueto, terco, extrovertido y algo creído, le gusta que todo salga justo como e...